La incidencia de catástrofes nos ha acercado al tema de la muerte. Y con ello, al asunto más relevante de nuestra vida: el Juicio Final. ¿A dónde iremos al morir? Es costumbre escuchar en misas funerales, en los velorios, que se le dice a los deudos: “ya está con Dios”; “ya descansa en el cielo”; “ya goza de la visión beatífica”; “ella (o él) está mejor que nosotros”, etcétera. Cada uno tiene la fórmula para salir del paso. En el fondo, queremos creer que la Misericordia de Dios suple siempre a su Justicia. Continuar leyendo
Joseph Ratzinger
La mejor compañía
Decía Joseph Ratzinger que la mayor sabiduría es el temor de Dios. Para el mundo esta sentencia es un disparate: la mayor sabiduría es, entre nosotros, la del que hace daño, se beneficia del daño y sigue viviendo como si nada.
En su meditación el cardenal Ratzinger destaca que existe un “miedo justo”. No el temor a la muerte, al infinito, a la soledad, sino el temor a la pérdida de nuestra amistad con Dios. Por culpa de la absoluta indiferencia hacia su obra creadora. Continuar leyendo
Los Legionarios fueron realmente traicionados por su fundador
Jesús Colina es uno de los periodistas católicos más reconocidos en la actualidad. Su trayectoria, primero como fundador y director general de Zenit y ahora como presidente de Aleteia ha sido fundamental para la profesionalización del sector y semillero de iniciativas en Europa y América Latina en esta área –la comunicación y el periodismo desde una perspectiva católica—que antes de él poco se vislumbraban como posibles. Continuar leyendo
¿Qué? La Iglesia
Un crítico local quiso pasar por figura y le endilgó un réquiem a Ratzinger, a quien le llamó «encubridor» de «horripilantes» crímenes. Es demasiado como para no responderle con un número especial de El Observador sobre eso que el crítico de marras juzga «una institución decadente».
Podríamos irnos a los números. Pero los números no son los que forman el corazón de nuestra Santa Madre. Continuar leyendo
Sede Vacante
El jueves 28, a la una de la tarde, tiempo de México, inició un período inédito en la historia de nuestra Iglesia: Joseph Ratzinger en Castel Gandolfo (estará ahí por dos meses), el departamento papal sellado y el anillo del Pescador destruido. Algunos días en los que los únicos que no cesaron de sus funciones fueron el Camarlengo (Bertone), el Penitenciario (Monteiro) y el Vicario de Roma (Ballini). Al Vaticano lo gobierna el colegio de cardenales. Y a la Iglesia, el Espíritu Santo. Continuar leyendo
¡Mil gracias a usted, Santo Padre!
Su renuncia nos llenó, en principio, de tristeza y estupor. Han sido ocho años que han calado hondo en nuestro corazón y, lo más importante, en nuestra fe. Pero, en un segundo momento, hemos comprendido, aun con nuestras deficiencias, la grandeza de un gesto como el suyo, Santo Padre. Un gesto que demuestra que, cuando se tiene a Dios, nada nos turba, nada nos espanta. Porque «Dios no se muda». Y porque «la paciencia todo lo alcanza». Continuar leyendo
La intimidad de un gesto
Todo ser humano se encuentra solo ante la inmensidad de la existencia. Sostenida por un soplo que no se entiende pero se siente, la mirada se aviva ante el infinito, ante el misterio de los orígenes. Joseph Ratzinger es un hombre ante su debilidad, Benedicto XVI un Papa ante su misión; las razones sobran cuando se ama.
La vida pasa de forma vertiginosa entre los estudios, las obligaciones, las promesas cumplidas e incumplidas, el silencio y el ruido, la noche y el día; nada detiene el tiempo, nada nos permite desandar el camino recorrido. Continuar leyendo
Un Papa futbolero
Espera y esperanza
Llega la época más bella del año. Y no justamente por las luces, los regalos, las fiestas, sino porque el Hijo de Dios se nos hace presente de una manera dulcísima: en la figura de un niño recién nacido. De forma misteriosa, el Adviento nos muestra que «Dios no se ha retirado del mundo», como decía en un famoso ensayo el cardenal Joseph Ratzinger. Él está aquí, un niño pequeño, adorable, humilde. Él es la espera y la esperanza. Continuar leyendo
Retorno a Roma
La noticia fue tan importante que El Vaticano, concretamente el cardenal William Levada, sucesor del cardenal Joseph Ratzinger al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tuvo que usar Facebook para convocar a los periodistas y que no le «ganaran» las interpretaciones espectaculares: los anglicanos podrán volver a Roma, después de casi cinco siglos de separación. Continuar leyendo