Una nueva locura recorre el país. Una locura que puede ser evitada si hubiese menos exposición a los medios, menos “pactos” en Internet, más atención de padres y maestros y más oportunidades de trabajo en México. La locura del suicidio de niños, adolescentes y jovencitos. Hombres y mujeres; ricos y pobres.
La verdad es que el panorama era desolador en lo que se refería a la atonía infantil y juvenil que se vive en muchas casas y escuelas a lo largo de la nación. Continuar leyendo
Una de las cuestiones más interesantes del nombramiento de monseñor Pietro Parolin a la Secretaría de Estado del Vaticano, lo que se suele llamar «el número dos» del Papa, es que trabajó en México a fines de la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado.
Amazon ha desarrollado una tecnología impresionante en Internet para acercar los libros —no sé si la lectura— a los usuarios de la red digital en Estados Unidos. Hoy desembarca en México. El llamado “Gigante de Internet” por ser la tienda en línea más grande del mundo, llegó a un país cuyo promedio anual de lectura no rebasa los dos libros.
El mundo on-line tiene en México una presencia masiva de adolescentes entre los trece y los dieciocho años de edad. ¿Qué hacen cuando navegan? El más reciente Estudio de Consumo de Medios entre Internautas Mexicanos, IAB México da la pista para entender la próxima generación.
Cuando leí la nota me quedé de piedra: «México ocupa el primer lugar en difusión de pornografía infantil». ¿Qué eso no era cosa de los países súper desarrollados, en que los ciudadanos -de ordinario ateos-alimentan su triste soledad con perversiones? Pues no, señor. Es México quien tiene más cuentas detectadas de Internet en las que se difunden, se intercambian, se usan a niñas y niños como objetos para desordenados mentales. México… ¡el segundo país con mayor número de católicos del mundo!
Por alguna razón que la razón no entiende (menos el corazón) en este año 2013 México se ha convertido en el campeón mundial de la pornografía infantil en Internet. Es el primer lugar del mundo. Y eso duele.
Hace muchos años -en noviembre de 1982-compré y leí con avidez un libro del brasileño Manuel Bandeira: Evocación a Recife y otros poemas. Uno de ellos se me quedó grabado. Es simple, directo, emocional y aterrador:
Si se trata de informar sobre qué hacen con el dinero público, los siete partidos políticos de México son los primeros en hacerse a un lado. En el reporte anual correspondiente a 2012, el Instituto Federal Electoral (IFE) los dejó desnudos. De acuerdo con los registros del máximo órgano electoral, una de cada tres solicitudes ciudadanas de información a los partidos políticos acabó en un rotundo «no».
Llama poderosamente la atención que los medios periodísticos del centro de México, los considerados “nacionales”, principalmente por asentarse en la capital y en los estados circunvecinos —sobre todo el Estado de México— redujeran a la mitad el espacio que le dedicaban a cubrir hechos de violencia durante los meses de diciembre de 2011 a febrero de 2012 (quinto año de Felipe Calderón Hinojosa), con respecto al mismo periodo de 2012-2013 (primeros tres meses de Enrique Peña Nieto en la presidencia).
Son los medios de comunicación los que se llevaron el gato al agua en las últimas elecciones generales celebradas en nuestro país en julio del año pasado. En efecto, según el informe de la organización no oficial “México Evalúa”, los pasados comicios mexicanos rebasaron —en promedio— dieciocho veces el gasto de procesos similares que se celebran en países de América Latina. Y mucho de ese dineral se va a las alforjas de la tele, el radio, la prensa (menos cada vez) y últimamente, las páginas electrónicas y los portales informativos digitales.