“Liberando la dignidad humana: un plan para transformar el sistema de detenciones de inmigrantes en Estados Unidos” es el documento que acaba de publicar el Servicio de Migración y de Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) junto con el Centro de Estudios para la Migración, un organismo de estudios internacionales con base en Nueva York.
Un tema prioritario
Se trata de una propuesta muy ambiciosa e integral para encontrar salidas tanto pastorales como judiciales a unos de los problemas más serios que enfrenta hoy mismo la región norte y centroamericana así como los Estados Unidos y, desde luego, se trata de uno de los grandes temas que abordará el Papa Francisco cuando en septiembre haga su primera visita a Estados Unidos.
En la carta de presentación del reporte, tanto monseñor Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente del Comité de Migración de la USCCB, como monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, subrayan que como obispos católicos en Estados Unidos enfrentan la detención de los inmigrantes no como un tema de política pública sino “como pastores preocupados por el bienestar de aquellos a los que amamos y a los que servimos”.
Los prelados estadounidenses señalan que todos los días son testigos de los efectos devastadores que trae consigo la detención de los inmigrantes en su ministerio pastoral y en el trabajo con ellos en la prisión y en los centros de detención. Son testigos, dicen, del dolor de las familias, su batalla por seguir una vida normal, el trauma por el que tienen que pasar los niños en las escuelas y en las parroquias y el efecto que causa la división de las familias.
Crecimiento exponencial
Los obispos Elizondo y Di Marzio recuerdan que la Iglesia católica “hospeda a las esposa de los inmigrantes deportados o detenidos” y ve con preocupación el crecimiento de los “centros de detención familiar” en los que personas que no representan ningún peligro “son tratados como criminales”.
El sistema de detención de inmigrantes en Estados Unidos ha crecido más de cinco veces entre 1994 y 2013. Durante esos años, el promedio de personas detenidas cada día ha pasado de 6 mil 785 a 34 mil 620. Y cada año ha subido de 85 mil en 1995 a 440 mil 557 en 2013. Desde el principio de la iniciativa de reforma para la detención de inmigrantes de la administración del presidente Obama en 2009, las detenciones anuales han alcanzado récords históricos.
“La presunción es detener a inmigrantes como una herramienta de administración, ejecución y disuasión en vez de tomar decisiones individuales sobre las detenciones basadas en la familia y lazos comunitarios,”, dijo monseñor Elizondo quien aclaró que bajo el sistema actual, “hay una prolongada detención de solicitantes de asilo, las víctimas de la trata de personas, los sobrevivientes de la tortura, y ahora, jóvenes madres con sus hijos”.
Hay alternativas
El estudio incluye nueve recomendaciones para destrabar el sistema de detención de inmigrantes en Estados Unidos, que en opinión de monseñor DiMarzio atienden a la disponibilidad de alternativas a la detención, como asistencia de instituciones comunitarias, las cuales han comprobado ser efectivas en costo y exitosas en asegurar que los inmigrantes se presenten a sus citas ante jueces de inmigración.
“Estas son formas de crear un sistema humanitario y que también asegure que los inmigrantes están cumpliendo con la ley,” explicó monseñor DiMarzio. “Pero en este país hemos creado una industria de detención que asedia las vulnerabilidades de nuestros hermanos, que en su gran mayoría no son criminales,” agregó.
“Es hora de que nuestra nación reforme este sistema inhumano, el cual detiene a individuos innecesariamente, especialmente las poblaciones vulnerables, quienes no representan una amenaza y que deberían tener acceso a protecciones judiciales y legales”, terminó diciendo por su parte monseñor Elizondo.
Publicado en Aleteia