Desde hace años llevamos El Observador a la cárcel de San José el Alto. Saber las opiniones del periódico de mujeres y hombres recluidos nos conduce a pensar que estamos cumpliendo la labor del periodismo católico: esperanza en medio de tinieblas.
Karl Jaspers decía que la comunicación humana se prueba en las situaciones-límite. O sale airosa o se hunde en la nada. ¿Qué mayor situación-límite que el estar preso? Continuar leyendo