“Los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar, porque esta civilización seguirá adelante sólo si sabe respetar su sensatez y su sabiduría», expresó el Papa Francisco durante la catequesis de la audiencia general del 4 de marzo de 2015.
Francisco se ha referido, en múltiples ocasiones, a la ancianidad; a los abuelos (los «nonos», en italiano-argentino) como la sabiduría de la familia, como la sabiduría de un pueblo. «Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere». Continuar leyendo
La Jornada Mundial de Ayuno y Oración por la Paz, convocada por Francisco para el viernes 23 de febrero, nos interpela, ese día y ojalá en adelante, a ser protagonistas de un mundo de paz.
El séptimo viaje pastoral que ha hecho Francisco a América fue impresionante. Primero, por los retos que tuvo que enfrentar: dos iglesias –la de Chile y la de Perú—duramente cuestionadas por casos de pederastia y abuso sexual y, segundo, por enfrentar la esperanza puesta en él de pueblos que han sufrido sinfín de desastres naturales, políticos y económicos.
Con su acostumbrado taladro contra la mundanidad cristiana, el Papa Francisco instituyó este 33º Domingo del tiempo ordinario la Jornada Mundial de los Pobres. Su mensaje comienza (sin la menor señal de anestesia) citando una frase del discípulo amado: «Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras» (1 Jn 3,18).
El término “fake news” o “noticias falsas” se ha vuelto viral, justamente porque éstas se han vuelto virales. Con ocasión de los terremotos de septiembre, las redes sociales y los medios tradicionales de comunicación, estuvieron inundados de noticias piratas. Gente de mala voluntad, gente que aprovecha la incapacidad de discernimiento que exhibimos los mexicanos, gente que busca raja política del infortunio… Lo cierto es que ahí están. Y demeritan al verdadero trabajo informativo.
–Habla el padre Leonel Narváez, creador de las Escuelas de Perdón y Reconciliación en Colombia
En alguna ocasión el Papa Francisco pronunció esta frase extraordinaria, que toca el verdadero drama que viven países como México y Colombia (que visita en estos días): “El corrupto es el que se indigna porque le roban la cartera y se lamenta por la poca seguridad que hay en las calles, pero después engaña al Estado evadiendo impuestos y quizá hasta despide a sus empleados cada tres meses, para evitar hacerles un contrato indefinido; o bien se aprovecha del trabajo en negro y después presume incluso con los amigos de estas astucias suyas”.
Cada vez que el Papa Francisco visita una cárcel se dirige a sí mismo esta pregunta: “¿Por qué el/ella están ahí, tras las rejas, privados de su libertad, y no yo?” Es una pregunta que nos interpela. Como tantas otras que hace Francisco en cada uno de sus encuentros con los fieles.
En el lenguaje llano “ponerse en los zapatos del otro” significa lo que los psicólogos de la comunicación llaman “empatía”. Algo así como empatar con el vecino, con el prójimo, con el otro ser humano. Compartir la misma emoción y la misma concepción del dolor.
Jeffrey A. Kermes es hijo del Holocausto. Su madre y su padre se conocieron en Estados Unidos, pero ambos –de ascendencia judía— venían huyendo de Hitler. Su campo de trabajo ha sido la investigación de la forma como los líderes de las grandes corporaciones industriales, comerciales y de servicios ejercen su influencia.