21 años

 

observadorAmigas y amigos de El ObservadorGracias a Dios hemos cumplido ya 21 años de circulación ininterrumpida del periódico.  Gracias también a ustedes y al equipo de trabajo que ha hecho posible que esta aventura se vaya purificando, no para nuestra gloria sino por amor al Evangelio.

Hace 21 años los obispos de la entonces región pastoral Bajío y algunos empresarios confiaron en nosotros.  Confiaron en que podíamos hacer algo diferente para no repetir el mensaje, sino para integrarlo en la cultura de México, para forjar un modo “católico” de ver y juzgar la historia, para transformar –mediante la acción concreta—nuestra realidad.

Ése ha sido nuestro faro y nuestro foro.  Unidos a san Juan Pablo II, a Benedicto XVI y, ahora, a Francisco, hemos tratado de ser fieles servidores de la Palabra, de la Doctrina y de la acción social para que nuestros pueblos tengan vida.  Y la tengan en abundancia.

Hemos roto –modestamente—algunos tabúes.  ¿El principal? Que laicos y jerarquía trabajan, cada quien, por su lado.  Es una traba mental que le hace un daño tremendo a nuestra Iglesia.  Traba que el Papa Francisco nos anima a derribar a diario.

No queremos dar ni cifras ni datos ni proyectos futuros.  Todo lo dejamos en manos de Dios.  Lo único que queremos es mostrar nuestro profundo, real y vivo agradecimiento al Señor por darnos la oportunidad de servirlo en su Iglesia.  Y a ustedes, amabilísimos lectores, por dejarnos entrar en sus casas.

Publicado en la versión impresa de El Observador de la actualidad