Llegó a su fin el Sínodo de los Jóvenes. En un mes no se puede cambiar todo. Lo que sí queda claro es que la Iglesia católica comenzó a escucharlos.
Antes había “temas-tabú”; hoy no se puede ni siquiera pensar que en la agenda de la Iglesia existan “realidades de las que es mejor mirar a otro lado”. La explosión de las redes sociales y la sociedad digital no permiten que existan compartimientos a los que solo puedan entrar los “elegidos”. Continuar leyendo
En un hermoso ensayo de principios de los sesenta del siglo pasado, El Trabajo Intelectual, Jean Guitton nos regalaba esta frase que parecería escrita para este proceso electoral 2018: “Nuestra civilización, súper saturada de conocimientos y de medios para adquirirlos, ofrece tantas imágenes engañosas y falsos apoyos que el hombre no sabe lo que sabe y lo que ignora”.
“La formación cívica de los jóvenes mexicanos presenta un avance significativo respecto a 2009. Sin embargo, sus niveles de desempeño se encuentran muy por debajo de la media internacional”. Esta es la principal conclusión a la que llega el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana 2016, realizado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo y publicado en noviembre pasado por el Instituto Nacional para la Evaluación a la Educación de México.
Tras la experiencia vivida durante el terremoto del 19 de septiembre pasado, en el que la solidaridad juvenil puso a México como ejemplo mundial de lo que los jóvenes pueden hacer por los demás, y de cara al próximo Sínodo que se realizará en Roma con el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, los obispos de México han decidido declarar el Año de la Juventud.
El analista, historiador y politólogo alemán Georg Eickhoff, en su columna semanal “Agenda Internacional” del periódico mexicano *El Observador,* se ha tomado una pausa en sus artículos de actualidad global para referirse “a otro tipo de actualidad”.
Emily Esfahani Smith es editora del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford y escribió el libro The Power of Meaning: Finding Fulfillment in a World Obsessed With Happiness (El Poder del Sentido: Encontrar la Realización en un Mundo Obsesionado con la Felicidad) en el que habla, entre otras cuestiones, del ansia que han atraído los triunfadores de las redes sociales, a los jóvenes universitarios de nuestros días.
Una verdadera revelación ésta que hoy comienza a circular por nuestras librerías. Debería ser libro de texto para todas las escuelas y universidades católicas o de inspiración cristiana. Es la respuesta del lío que quiere que los jóvenes armen desde la Doctrina Social de la Iglesia. ¿Qué hacer?, se preguntan muchos jóvenes. Y lo preguntan con la mejor voluntad del mundo. Pero no encuentran muy a menudo más que respuestas vagas, publicidad y espectáculo.
El Observador de esta semana ha decidido buscar, con cifras, conceptos, testimonios y reflexiones el rostro de los jóvenes, los “descartados” modernos que tanto preocupan –y ocupan—al Papa Francisco.
El presidente Enrique Peña Nieto y su esposa no tuvieron más que rendirse, como todo el gabinete, a la fe de los jóvenes del pueblo mexicano. Qué grande sorpresa para todos ver que México tiene una juventud creyente, pujante, esencialmente católica.