Llegó a su fin el Sínodo de los Jóvenes. En un mes no se puede cambiar todo. Lo que sí queda claro es que la Iglesia católica comenzó a escucharlos.
Antes había “temas-tabú”; hoy no se puede ni siquiera pensar que en la agenda de la Iglesia existan “realidades de las que es mejor mirar a otro lado”. La explosión de las redes sociales y la sociedad digital no permiten que existan compartimientos a los que solo puedan entrar los “elegidos”. Continuar leyendo