Hay un drama de comunicación que no se propone en la masa de producciones de los medios en México. Centroamérica, más aún el llamado “Triángulo Norte” de esta porción del Continente Americano que comprende a Guatemala, Honduras y El Salvador ha llegado en los pasados dos años a lograr un récord nada envidiable: llegar al techo histórico de refugiados.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), desde los años 80 del siglo pasado, cuando estos países vivieron procesos de guerra civil o de oleadas de violencia, no se había visto un éxodo tan grave de personas que huyen del crimen y de la vulnerabilidad de las estructuras sociales. Continuar leyendo
Sí, es posible. El pasado 4 de mayo tuvo lugar una declaración conjunta sobre la libertad de expresión y el combate al extremismo violento que resulta trascendental para naciones como México, en donde muchas ocasiones se tergiversa la lucha contra la violencia olvidando los derechos humanos.
Las estadísticas de criminalidad aparecen, casi siempre, desvinculadas de los fenómenos migratorios a los que ahora asiste —atónito— la parte central y del norte del continente americano, especialmente en lo que se refiere a las niñas, los niños y los adolescentes viajando en solitario hacia la frontera de México con Estados Unidos.
Un día cualquiera, por ejemplo, el pasado martes 13 de noviembre:

