Viaje del Papa a Suecia. Como lo hizo en 1989 San Juan Pablo II. Entonces estaba muy bien. Ahora está pésimo. ¿Cómo se atreve Francisco a ir a rendirle pleitesía a Lutero a los 500 años de la Reforma?
En una entrevista publicada en la revista La Civiltá Cattolica, el Papa Francisco responde a sus críticos, sin aludirlos, por qué da ese paso: “A mí me viene decir solo una palabra: acercarme (…) La cercanía hace bien a todos, la distancia, sin embargo, nos hace enfermar”.
Sucede que al acercarnos al otro, a los otros, nos entra el miedo. Y cuando tenemos miedo, o vemos que alguien como Francisco hace lo que nuestra cobardía nos impide hacer, nos convertimos en otros terroristas: “Describo el vicio de las murmuraciones y de los chismorreos como una forma de terrorismo”, dice el Papa en la misma entrevista.
“Acercarme”: ¡qué forma más sencilla de hablar de la unidad de los cristianos! Hombre, por supuesto que Lutero hizo muchas cosas que provocaron dolor y muerte. Dios lo perdone. Pero, para mirar adelante, hay que verle el lado bueno a las personas: aún a Lutero. Dos asuntos ve el Papa: uno, la Reforma. Porque la Iglesia siempre tiene que vivir en constante reforma. Dos, poner la Biblia en manos del pueblo.
Pero no. Los del chismorreo y la murmuración siguen afincados en su “violencia profunda”. Como todos los que practicamos ese mal arte. Y la Iglesia se estanca. Y las vocaciones decrecen. Y los templos se nos vacían…
Publicado en El Observador de la actualidad No. 1113