Monseñor Wilfredo Pino Estévez, obispo de Guantánamo-Baracoa, ha enviado un extenso mensaje al pueblo cubano con motivo de la fiesta de la Virgen de la Caridad y la visita a Cuba del Papa Francisco. En su carta, el prelado cubano subraya el hecho de que esta visita debe ser fundamental para que en Cuba se abandone el odio y se instaure, bajo el manto de la Virgen de la Caridad del Cobre, el reinado de la misericordia.
Tres acontecimientos fundamentales
El mensaje del obispo Pino Estévez comienza recordando que se acercan tres acontecimientos que marcarán la vida nacional: la fiesta de la Virgen de la Caridad, el centenario de la Carta que los mambises escribieran al Papa pidiéndole que la nombrara Patrona de Cuba, y la visita del Papa Francisco.
El prelado cubano afirma que “con esta visita, el Santo Padre quiere mostrarnos su cercanía en un momento en que, gracias también a su mediación, se respiran aires de esperanza en nuestra vida nacional por las nuevas posibilidades de diálogo que están teniendo lugar entre Estados Unidos y Cuba. ¡No es fácil vivir peleados con el vecino de al lado! ¡Por eso es muy importante lo que viene haciendo el Papa, como Pastor universal de la Iglesia, en la búsqueda de la reconciliación y la paz entre todos los pueblos de la tierra!”
Un verdadero privilegio
Francisco será el tercer Papa que visite Cuba en los últimos 17 años. El próximo día 19 de septiembre, cuando el Pontífice llegue a La Habana, Cuba y Brasil serán los dos únicos países del mundo que habrán sido visitados por tres Papas. “¡Y esto es un regalo de Dios!”, escribe monseñor Pino Estévez. Quien agrega: “A la mente vienen tantos hijos de nuestra Iglesia: obispos, sacerdotes, religiosas y laicos que soñaron con esto y trabajaron por esto, pero su vida no les alcanzó”.
El Papa San Juan Pablo II fue recibido en Cuba como “Mensajero de la Verdad y la Esperanza” y los cubanos, dice el obispo de Guantánamo-Baracoa, “no olvidamos nunca sus palabras ni el gesto de coronar la venerada imagen de la Virgen de la Caridad”.
El Papa Benedicto XVI, por su parte, fue recibido como el “Peregrino de la Caridad” y se unió a las celebraciones por los 400 años del hallazgo y la presencia de la Virgen en Cuba y fue al Santuario del Cobre para, “como un cubano-peregrino más, arrodillarse ante la bendita imagen de Nuestra Señora, encenderle una vela y regalarle una flor”.
Ahora los cubanos van a recibir al Papa Francisco como el “Misionero de la Misericordia”.
Ser incansables en la misericordia
La extensa carta de monseñor Pino Estévez recuerda a los cubanos que el Papa Francisco “no se cansa de hablar de la misericordia. Y la misericordia no es otra cosa sino lanzarle nuestro corazón a los demás, no una piedra, un insulto o un golpe. La misericordia es también ponerle corazón a la miseria. ¡Y hay tanta miseria a nuestro alrededor! A veces parece que vivimos en un mundo sin corazón. Por todas partes encontramos miserias morales, espirituales, sociales, intelectuales, síquicas, materiales… y encontramos también gente que se insensibiliza ante el dolor humano”.
Y termina diciendo: “Muchos se quejan de la dureza con que los tratan los demás. Aumenta entre nosotros un lenguaje sin misericordia. La violencia está a flor de piel. Hay agresividad en las familias, centros de trabajo, comunidades, etc. Y el Papa Francisco, Misionero de la Misericordia, quiere invitarnos a que no nos cansemos de practicar la misericordia”.
Publicado en Aleteia