Contradicción sin posibilidad de salvarse

manceraLa semana pasada se «celebraron» los primeros seis años de la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación en el Distrito Federal. Una política que el actual jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, no dudó en calificar como «progresista», pues ha hecho que en la capital del país disminuya a cero «la muerte por abortos clandestinos».

Cualquiera que tenga dos dedos de cerebro haría la siguiente pregunta: ¿y qué el aborto, en sí mismo, no es la muerte de un ser humano? A lo que Mancera y todos los que le siguen en este «festejo» contestarían: «Bueno, sí ha habido 100 mil abortos seguros en el DF desde abril de 2007 a la fecha; a nosotros nos interesa que viva la madre, y que los productos puedan ser desechados y tirados al basurero en condiciones de higiene: eso es lo que se ha logrado, y eso es lo que la Iglesia católica no entiende: que los productos no cuentan, que lo que cuenta en la política progresista que se llama ILE –Interrupción Legítima del Embarazo, por si no lo sabían—mediante la cual es legal abortar antes del tercer mes de vida del producto», etcétera, etcétera, etcétera.

La contradicción de términos, la confusión de ideas, la dictadura de la irracionalidad y del relativismo, llevan a dirigentes sin duda inteligentes como Mancera a defender lo indefendible, a festejar lo siniestro, a reivindicar la perversión del lenguaje y el crimen organizado como si fueran políticas públicas «progresistas». Los compromisos con su partido político también cuentan. Y un «compromiso» es tundir a los católicos diciéndonos que somos unos trogloditas, que mandamos a las jovencitas al matadero. No, señor Mancera y amigos que le acompañan: nosotros queremos que vivan los dos.

Publicado en El Observador de la Actualidad