«Mitch» Pacwa habló con El Observador sobre los retos que el próximo Papa tendrá que enfrentar en el complejo y cambiante mundo de hoy y cómo la Iglesia puede salir triunfante de ellos.
El padre jesuita «Mitch» Pacwa es una de las figuras más populares de los Estados Unidos. Profesor, autor de numerosos libros, presentador de programas de televisión en Eternal Word Television Network (EWTN), cazador empedernido, ha centrado su principal área de interés en comunicar la fe católica en un entorno cada día más reacio al compromiso y enganchado a una libertad que termina por producir catástrofes.
¿Qué reto principal enfrenta la Iglesia hoy? El nuevo Papa, ¿cómo tiene que encarar la situación de Estados Unidos, por ejemplo?
El reto principal, el mayor de los peligros, es la disolución de la familia. En Estados Unidos esto es ya un problema de salud, además de un problema de criminalidad. Ocho de cada diez presos que están ahora en las cárceles son hijos de madres solteras. No tienen padre. Y lo mismo sucede con el auge del uso de las drogas.
¿Esto no lo ve el gobierno como una amenaza y como un llamado urgente para reforzar a la familia?
No lo ve. Desde los años sesenta hasta ahora, el gobierno de Estados Unidos ha destinado 16 trillones de dólares para darlos a las familias pobres. ¿Y qué tenemos ahora? Más pobreza. Yo soy hijo de una familia de clase media baja. Mi padre apenas ganaba para darnos lo esencial. Sin embargo, me enseñó a trabajar. Tuve en él una figura que me dio una identidad. Hoy, miles de jóvenes y de adultos como yo que nací en 1949, ya no tienen esa identidad, porque les falta el padre.
¿Qué consecuencias atrajo la llamada revolución sexual de los años sesenta?
Los jóvenes de entonces, y los de ahora, se engañan en cuanto a los términos de esa supuesta revolución. Porque lo que ha traído consigo es más promiscuidad, más madres solteras, más enfermedades de transmisión sexual. Un verdadero problema de salud pública. En los sesenta había solamente dos enfermedades de transmisión sexual. Hoy hay contabilizadas cuarenta enfermedades de este tipo: ¿a esto hay que llamarle revolución, libertad?
Está, también, la llamada “dictadura del relativismo” a todo galope, ¿no es así?
Mucho ha sido causado por el falso pensamiento de la libertad. El problema está en que en nombre de la libertad ya no se acepta una verdad absoluta, cada quien tiene una definición. Yo tengo mi verdad y tú tienes la tuya. Y así podemos vivir. ¿Podemos vivir así? Claro que no. Porque, al final del camino, todo se resuelve por una cuestión de poder. La verdad del que tenga más poder es la que se impondrá. En cambio, la libertad que da la fe en la Verdad produce obras hermosas. El relativismo está en el arte moderno, que es bastante feo. Mientras que la fe está en Miguel Ángel, en «el Moisés», en los frescos de la Sixtina…
¿Y la Iglesia católica qué puede hacer ante este panorama?
Tres cosas, elementales. Primero, promover la conversión, la conversión personal, el encuentro con una Persona que es Jesucristo. No con una idea o un sistema, sino con el Jesús que salva. Segundo, apostar más por la cultura, como lo hicieron los monasterios durante la época de los bárbaros. Salvar la cultura cristiana –como aquellos monjes, como aquellos grandes hombres que lo fueron San Agustín, San Patricio y San Benito—de la barbarie. Aunque debo decir que la barbarie de ahora la tenemos dentro de nuestras ciudades; ya no son invasores extranjeros sino gente sin sentido de la vida, devorada por un vacio existencial,que hace daño por hacer daño… Y tercero, promover mucho más los modelos de santidad. Los santos son eso, caminos de perfección, seres humanos a imitar. Juan Pablo II, Madre Teresa de Calcuta… Son los grandes referentes de valor para un mundo que carece de referentes de valor.
Publicado en El Observador de la Actualidad
Excelente entrevista y como siempre muy interesantes las opiniones del Padre Pacwa, es un privilegio ver sus programas en EWTN, de lo mejor de la televisión católica