Abusos en la Iglesia de EE.UU.: ¿Por fin se hace la luz

El arzobispo de Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos), el franciscano capuchino Charles Chaput, publicó recientemente una carta a los sacerdotes y a los fieles de esa jurisdicción sobre el compromiso que está cumpliendo la arquidiócesis de ofrecer “nuevas y sustanciales fuentes de apoyo para los sobrevivientes de abuso sexual del clero”.

Tras el informe del Gran Jurado de Pensilvania, las diócesis de ese Estado han estado trabajado para mantener esa promesa. Hoy en día, escribe Chaput, “en la arquidiócesis de Filadelfia, estamos cumpliendo ese compromiso, con una preocupación especial por las víctimas agobiadas por los reclamos prescritos”.

“El daño hecho a los jóvenes inocentes y sus familias por el abuso sexual en el pasado es profundo. No puede ser borrado por disculpas, no importa cuán sinceras sean. Y el dinero no puede comprar la integridad de una persona herida. Pero lo que puede hacer la compensación es reconocer el mal hecho y ayudar de manera significativa a los sobrevivientes mientras trabajan para encontrar una mayor paz en sus vidas”, dice el arzobispo Chaput en un párrafo esencial y que resume la nueva postura de los obispos de Estados Unidos.

Un nuevo programa

Con ese fin, se anunció esta semana la creación de un nuevo programa de reparaciones disponible para cualquier persona abusada por el clero en el pasado. Se trata del programa “Reconciliación y Reparaciones
Independientes”, mismo que será financiado por la arquidiócesis y en el que se pagarán los montos que los administradores de reclamos independientes consideren apropiados.

Si bien el número total de reclamos y el financiamiento final requerido no se puede conocer en este momento, el compromiso financiero de la arquidiócesis será significativo. La financiación inicial para el programa será proporcionada por los activos existentes de la arquidiócesis. El financiamiento adicional del programa deberá provenir de préstamos y la venta de propiedades de la arquidiócesis. Aún no se ha determinado qué propiedades se venderán.

Por lo demás, de acuerdo con las reglas de operación del programa de reconciliación y reparaciones de abusos sexuales del clero de Filadelfia, ningún dinero para financiar el programa provendrá de fondos de Cáritas, del Seminario o de otros fondos designados por donantes o donaciones hechas a parroquias, ministerios y escuelas.

El nuevo programa estará separado de, y se sumará a, los esfuerzos ya existentes de asistencia para sobrevivientes. La labor de la Oficina de Protección de Niños y Jóvenes de la arquidiócesis , dirigida por Leslie Dávila, ex funcionaria de asistencia a las víctimas del Fiscal del Distrito de Filadelfia y defensora de las víctimas durante 19 años, continuará.

Cabe señalar que el equipo de Dávila ya ha brindado más de 18 millones de dólares de asistencia a las víctimas. El nuevo programa de compensación se suma a esos esfuerzos.

Detalles tras bambalinas

Al comienzo de los esfuerzos para crear un nuevo programa privado de reparaciones, la arquidiócesis de Filadelfia consultó a Lynn Shiner, sobreviviente de un crimen violento y quien ha pasado sus 22 años de carrera como defensora de víctimas en Pensilvania trabajando con y en nombre de sobrevivientes de todo tipo de abuso.

Como directora de la Oficina de Servicios para Víctimas de Pensilvania, Shiner supervisó el programa público de compensación a las víctimas de Pensilvania. Bajo su dirección, este fondo estatal ha distribuido más de cien millones de dólares a las víctimas de abusos.

Con su guía –escribe Chaput en su carta—“diseñamos nuestro programa en base a los aportes de docenas de víctimas sobre lo que esperan y necesitan de tal esfuerzo. La señora Shiner ha aceptado generosamente ser una parte continua del trabajo de este programa. Ella será la facilitadora de apoyo a las víctimas y estará disponible para ayudar a los sobrevivientes a presentar sus reclamos y encontrar servicios apropiados dentro y fuera de la Iglesia”.

Por lo demás, el programa anunciado por la arquidiócesis de Filadelfia es más que una mera compensación económica. “También se trata de pedir disculpas a las víctimas, reconocer el daño que ha hecho la Iglesia y continuar el trabajo crítico para garantizar que se evite el abuso”, subraya el arzobispo Chaput en su importante comunicado.

Cabe resaltar que el programa incluirá una revisión independiente de las políticas actuales de la arquidiócesis sobre abusos sexuales del clero, información sobre los programas de capacitación y recomendaciones para los pasos hacia una mayor curación emocional y espiritual en la comunidad en su conjunto.

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