Uso el título remedando un capítulo de Confesiones de un Pequeño Filósofo del español Azorín. En él hace un resumen de su infancia provinciana y condensa, en tres frases, en tres cofrecillos guardados con celo, la mentalidad de los mayores de su pueblo: “¡Es ya tarde!”, “¡Qué le vamos a hacer!” y “Ahora se tenía que morir!”
Cuando mi nieta Valentina crezca y tenga la edad de hacer recuerdos (apenas cumple un mes de nacida), ¿cuáles serán sus tres cofrecillos donde guardará la memoria de lo que decimos hoy los mayores? Continuar leyendo

Esta semana, sin que muchos supieran que había existido, murió en Paris a los 77 años el sociólogo y filósofo búlgaro-francés Tzvetan Todorov. Autor de buena cantidad de ensayos e investigaciones que van de la estructura del relato fantástico a la conquista de América, su tema –como buen desplazado del país que lo vio nacer—fue esencialmente el “miedo” al otro, al extranjero, al refugiado, al migrante, en suma al “bárbaro”.
Celebramos en este número –junto a Nuestra Señora de Lourdes— la Jornada Mundial del Enfermo. Es al lado millones de personas en su lecho de dolor y sufrimiento, donde la Iglesia católica muestra su verdadera esencia: 26 por ciento de las estructuras de salud en el planeta son católicas y entre 30 y 70 por ciento de las instituciones hospitalarias en países de escasos recursos, son de origen cristiano.
La soledad en la que vive Donald Trump debe ser espantosa. Porque solamente alguien que vive como el patriarca de García Márquez puede conducirse tan irrespetuosamente no sólo frente a los derechos y la dignidad de los otros, sino en contra del propio puesto al que llegó y a sus reglas, las escritas y las no escritas.
Las vallas, los muros, son señales inequívocas de miedo. De miedo al otro. La historia nos enseña que todas las barreras caen. Tarde o temprano, como el Muro de Berlín, la gente las echa abajo. Es imposible odiar por decreto al vecino todo el tiempo. El mazo que tumba la pared no viene de afuera. Viene de adentro.
México llega este 5 de febrero de 2017 al centenario de la Constitución en medio de una crisis muy grave. Jacques Maritain, el célebre filósofo católico francés recordaba en uno de sus textos que «las esencia exigen ser respetadas». Pero, ¿cuál es la esencia de nuestra Constitución?
Donald Trump era, en campaña, un niño de 70 años. Ahora es el hombre más poderoso del mundo. Pero sigue actuando como un niño. Sigue en campaña. O en el estudio de TV. Y lo que es peor, como un niño caprichoso, de esos que por haberlo tenido todo se creen inteligentes, listos, vivos y hasta seductores.
Francisco Prieto es un novelista con larga trayectoria en los medios de comunicación y en la academia. Conferencista, maestro de muchas generaciones, crítico taurino, viajero infatigable y conversador sin par, atiende las preguntas de El Observador (periódico del cual es consejero editorial) sobre la importancia de la verdad en tiempos en que la verdad informativa parece brillar por su enorme ausencia.
Una era en la que la información corre por todos los carriles, especialmente por los carriles digitales, no quiere decir (antes al contrario) que estemos bien informados. El Observador de esta semana le entra a un tema más que importante: que somos lo que leemos.