Hubo una vez en que los partidos políticos hacían política. Preparaban a su gente para hacer política. Buena o mala, pero política, al fin y al cabo. Sabían que tenían que conducirse con alguna propiedad, ser fieles a un ideal, estudiar, entender la realidad del lugar al que aspiraban gobernar y tratar de convencer a sus votantes de que eran la mejor opción.
Me refiero, desde luego, a las democracias occidentales. Y, de alguna forma, aunque con partido casi único en 70 años, a México. En esta contienda que se avecina (quizá desde la transición de 2000) los partidos políticos han perdido la brújula. Continuar leyendo
Uno de cada tres latinoamericanos pagó sobornos por servicios públicos básicos durante 2016. Uno de cada dos mexicanos lo hizo en ese mismo período. Conclusión: los mexicanos somos los que más mordidas pagamos en la región de América Latina y el Caribe.
El término “fake news” o “noticias falsas” se ha vuelto viral, justamente porque éstas se han vuelto virales. Con ocasión de los terremotos de septiembre, las redes sociales y los medios tradicionales de comunicación, estuvieron inundados de noticias piratas. Gente de mala voluntad, gente que aprovecha la incapacidad de discernimiento que exhibimos los mexicanos, gente que busca raja política del infortunio… Lo cierto es que ahí están. Y demeritan al verdadero trabajo informativo.
Estados Unidos se encuentra en estado de shock, 24 horas después del ataque de Las Vegas. El número de fallecidos se elevó a 59 y los heridos, varios de ellos de extrema gravedad, llegan a poco más de 515.
El analista, historiador y politólogo alemán Georg Eickhoff, en su columna semanal “Agenda Internacional” del periódico mexicano *El Observador,* se ha tomado una pausa en sus artículos de actualidad global para referirse “a otro tipo de actualidad”.
La incidencia de catástrofes nos ha acercado al tema de la muerte. Y con ello, al asunto más relevante de nuestra vida: el Juicio Final. ¿A dónde iremos al morir? Es costumbre escuchar en misas funerales, en los velorios, que se le dice a los deudos: “ya está con Dios”; “ya descansa en el cielo”; “ya goza de la visión beatífica”; “ella (o él) está mejor que nosotros”, etcétera. Cada uno tiene la fórmula para salir del paso. En el fondo, queremos creer que la Misericordia de Dios suple siempre a su Justicia.
Los “milenials” tomaron la batuta de la acción tras el terremoto del 19 de septiembre. Y de paso, también del 7 de septiembre. Y es que los “milenials” tienen en su mano las redes sociales. Lo cual fue aprovechado por muchos para hacer campaña de desprestigio a todo lo que sonara a pasado. Está bien. Perfectamente correcto. El pasado, sobre todo el pasado político de México, tiene que ser corregido. Posee una cantidad de grietas inmensas. Sobre todo, las grietas de la corrupción, del autoritarismo, de la impunidad y de la politización de todo lo que sucede en nuestra Patria.
El terremoto del pasado 19 de septiembre ha traído miles de fotos de héroes anónimos, de personas como Eddy, un muchacho de Morelia (Michoacán), que estuvo horas trabajando para sacar de los escombros a un amigo en la Ciudad de México, no obstante estar en silla de ruedas; o la de la perrita “Frida”, que ahora es famosa en Japón, por trabajar junto con los rescatistas de aquél país…
El pasado miércoles 20 de septiembre, el huracán María tocó tierra en Puerto Rico con vientos de casi 250 kilómetros por hora. La fuerza de María –categoría 4 en la escala Saffir-Simpson—devastó a esta isla, territorio asociado de Estados Unidos, y la puso al borde de una crisis humanitaria.
Primero, saber dónde está. La República de Dominica es una pequeña isla de 751 kilómetros cuadrados y 74,000 habitantes que forma parte de las Antillas menores, en el mar Caribe. Se localiza, específicamente, entre los territorios franceses de ultramar de Guadalupe al norte y Martinica al sur.