Orizaba

observadorEste mes de septiembre ha significado una grande alegría para la familia de El Observador.  Hemos iniciado nuestra circulación dentro del paginado de Buena Noticia, el órgano oficial de la Diócesis de Orizaba (Veracruz) que encabeza un cercano amigo de esta casa editorial: el obispo Eduardo Cervantes Merino.

Una vez monseñor Eduardo me confesó que creía, firmemente, que solo un Papa como el Papa Francisco podría haberse arriesgado a nombrar a un obispo como él.  En efecto, “Lalo” es un obispo de los que quiere Francisco: con olor a oveja; con las ganas de servir, discernir, acompañar e integrar a todos.  Bueno, hasta a los dirigentes políticos y a los periodistas…

Lo conocí en Tuxpan y he seguido su desempeño sacerdotal.  Lo último que le interesaba era “trepar”.  Su punto de mira estaba, siempre, en la justicia social.  Hoy, en Orizaba, con una población indígena y con los problemas de desigualdad e indiferencia de parte de gobiernos corruptos, tiene el campo abierto para desempeñar un ministerio fecundo, apegado a la visión social, “revolucionaria”, del Papa Francisco.

Qué alegría debe darle al Santo Padre este tipo de alianzas estratégicas entre laicos y jerarquía.  Como lo hemos establecido en Querétaro, en Saltillo, en Campeche…  Es la “hora de los laicos”, sí, pero no de la revancha, sino del encuentro.  Nosotros ponemos la profesionalidad del periodismo católico; la jerarquía el suelo firme de la fe que custodia.  Juntos podemos.  Juntos hacemos una Iglesia “en salida”.  Juntos servimos mejor.

Publicado en la edición impresa de El Observador de la actualidad