Cuando el pasado mes de febrero, el Pew Research Center (PRC), una empresa de encuestas y estudios de referencia obligatoria en Estados Unidos, encabezó una encuesta sobre el tema de si Apple debería hacerle caso al FBI y desbloquear el iPhone de uno de los sospechosos del acto terrorista de San Bernardino (California), poco más de la mitad de estadounidenses estuvieron a favor del gobierno y en contra de la empresa de la manzana, quien se negaba a hacerlo para proteger la privacidad de sus usuarios. No importando que éste fuera un presunto terrorista.
Cerca de 51 por ciento de los estadounidenses estuvo de acuerdo en que Apple debería colaborar con el FBI desbloqueando el teléfono celular en cuestión, mientras que 38 por ciento se manifestó en contra, considerando que esta orden podría tener repercusiones muy fuertes en la seguridad y la privacidad de los usuarios de iPhone.
Sin embargo, la visión de los estadounidenses (y quizá de buena parte del resto del mundo occidental) acerca de la controversia entre seguridad pública y privacidad personal ha ido cambiando, y la opinión pública reacciona de acuerdo con los acontecimientos noticiosos más notables. Después de los ataques terroristas en París y San Bernardino, 56 por ciento de los ciudadanos estadounidenses dijeron estar más preocupados porque las estrategias contraterroristas no habían sido suficientes para proteger al país, mientras que 28 por ciento dijo que las estrategias habían ido demasiado lejos y que estaban restringiendo las libertades civiles.
En contraste, después de las filtraciones de Edward Snowden en 2013, la preocupación sobre las libertades civiles prevaleció sobre el tema de seguridad nacional. Lo que es un hecho —y más aún con el desarrollo de los drones— es que éste será el debate de los próximos años, quizá de las próximas décadas. Mientras más avanzamos en tecnología, más control puede haber de la vida privada y de la libertad individual. Pero, si se relaja ese control, ¿no lo aprovecharán los terroristas? ¿Qué debe prevalecer? Yo opino que la privacidad y la libertad. Pero es que yo no he sido víctima de un atentado terrorista (aunque lo he vivido de cerca). ¿Y usted?
Publicado en la revista Siempre!