Fraternidad

papafranciscopazEl primer mensaje elegido por el Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz no puede ser más elocuente: “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”.

El Papa ha sido elegido como “personaje del año” por revistas estadounidenses, por redes sociales, por muchos órganos de comunicación que nada tienen que ver con la Iglesia católica.  Ni siquiera con el cristianismo.  Medios seculares que, de pronto, se han dado cuenta de la “novedad” de Jesucristo.  Una noticia “bomba” que lleva, más o menos, dos mil años de haberse producido.  Pero que ahora su Vicario en Roma actualiza, como ayer lo hizo Benedicto XVI, antier Juan Pablo II y hace un tiempo más Juan Pablo I, Pablo VI, Juan XXIII…

¿Cuál es el secreto de Francisco?  Que pronuncia pocas palabras, todas aferradas al Evangelio y que machaca los conceptos-guía, las palabras-clave de un pontificado que aprovecha hasta lo último a los propios medios…, y los enseña a hablar.  Veamos: “periferias existenciales”; “armen lío”; “tocar las llagas de Cristo”; “Dios no se cansa de perdonarnos”; “el clericalismo es uno de los mayores daños que se le puede hacer a la Iglesia”; ¿quién soy yo para juzgar a un homosexual que busca a Dios?”; etcétera.

En su Mensaje por la Paz, hace de la fraternidad el camino que allana todos los obstáculos humanos para encontrar la comunión entre los hombres.  Pero no una fraternidad sin Dios; antes al contrario: es necesario amar a Dios para poder permanecer unido a un hermano.  Juega con el doble significado de “Kind” en alemán: a la vez niño e hijo.  La conclusión: “La fraternidad tiene necesidad de ser descubierta, amada, experimentada, anunciada y testimoniada.  Pero sólo el amor dado por Dios nos permite acoger y vivir plenamente la fraternidad”.