Una nueva locura recorre el país. Una locura que puede ser evitada si hubiese menos exposición a los medios, menos “pactos” en Internet, más atención de padres y maestros y más oportunidades de trabajo en México. La locura del suicidio de niños, adolescentes y jovencitos. Hombres y mujeres; ricos y pobres.
La verdad es que el panorama era desolador en lo que se refería a la atonía infantil y juvenil que se vive en muchas casas y escuelas a lo largo de la nación. Pero los datos sobrecogen: cada día, en promedio, se suicidan en México catorce jóvenes menores de veinticinco años, lo cual demuestra una tensión interna que los sociólogos no han logrado explicar. Y que los políticos no han logrado ni siquiera enterarse de ella.
El informe del Consejo Nacional de Población (conapo) no deja dudas: la muerte “por propia mano” se va enseñoreando de los niños y jóvenes mexicanos, debido sobre todo al aumento de ingesta de bebidas alcohólicas, consumo de drogas y acceso a nuevas tecnologías de comunicación, en las que abundan los “pactos suicidas”.
En los últimos veinte años, explica el conapo, se ha duplicado el número de suicidios entre niños y adolescentes. Esto como parte dolorosa de un aumento general de la tasa de suicidios a nivel nacional: treinta y cinco años le llevó a México casi triplicar la tasa de suicidios, pasando de 1.4 a 3.7 suicidios por cada cien mil habitantes.
Sin embargo, a partir del año 2006 la tasa de suicidios infantiles y juveniles se disparó de una forma inusitada, al grado que el suicidio pasó a ser ya la tercera causa de mortalidad infantil en el país azteca: cada cien minutos ocurre un suicidio de un menor de veinticinco años, lo cual no deja de ser un desastre para un país netamente de jóvenes como lo es México.
En términos generales, el suicidio es ya una realidad palpable en los 32 estados que componen la República Mexicana. Según el conapo, once por ciento de la población tiene al menos un familiar muerto por suicidio. Y con el aumento del consumo de alcohol este fenómeno se ha disparado, pues dieciocho por ciento de los alcohólicos que hay en el país mueren por suicidio, mientras que cincuenta por ciento de los suicidas están intoxicados cuando se dan muerte.
En cuanto a los estados con mayor tasa de suicidios en México son el Distrito Federal, Yucatán, Tabasco, Campeche y Jalisco. La mayor parte de los suicidios se cometen en la tarde-noche y dentro de la casa del propio suicida.
Otro factor que ha disparado los suicidios en México es el acceso a la red cibernética de la mayor parte de los jóvenes. El cibersuicidio comienza a preocupar a los encargados de velar por la seguridad pública. En opinión de Alejandro Aguilar Tejeda, fundador y director del Instituto Hispanoamericano de Sociología, “los sociólogos nos enfrentamos al nuevo desafío que significan los pactos suicidas por Internet”; un desafío que, hoy mismo, nos interpela a todos.
Publicado en Revista Siempre!