Los hábitos de uso de Internet señalan que en México y en la mayor parte de los países del continente americano, la mayor exposición de horas en la red la poseen los niños y los adolescentes. La repercusión que esto causa en términos sociales está por ser interpretada. Y los resultados de esa interpretación pueden ser poco halagüeños.
Si bien es cierto que Internet y redes sociales son herramientas inusitadas de información, también lo es que pueden convertirse en un medio ambiente peligrosísimo para los menores de edad. El tema de los virus propagados a través de su ingenuidad e inexperiencia, es el tema menor. Fraudes, secuestros, chantajes, pornografía, pedofilia y un largo etcétera, podrían poner a los niños en un predicamento. A ellos y a sus familiares.
Un estudio reciente de la empresa de Kaspersky Lab muestra en qué punto se encuentra la vulnerabilidad de las familias con diferentes fuentes de acceso a Internet (dos o tres computadoras, dispositivos celulares, televisiones “inteligentes”). En los primeros cinco meses de este 2013, “se registraron más de 52 millones de intentos no autorizados para visitar redes sociales y más de 25 millones de intentos para acceder a sitios pornográficos a nivel mundial”.
Todos reconocemos que los niños de hoy “traen el chip de la tecnología integrado”. Saben manejar todos los “gadgets” que les presenta el mercado, y sacar de ellos posibilidades que a los mayores de 55 años (sólo el cuatro por ciento de los usuarios de redes sociales) ni en cuenta tienen.
Según Konstantin Ignatyev, Analista de Contenido Web, Gerente de Grupo para Kaspersky Lab, “en el mundo moderno, el acceso a cualquier tipo de información es más fácil que nunca. Al mismo tiempo, los niños son especialmente vulnerables, y sus puntos de vista son, por naturaleza, ingenuos.
Por lo tanto, las herramientas para proteger a los niños de contenido inapropiado web deben ser obligatorias”. Deben serlo, pero no lo son. Como en tantas otras cuestiones, gana el mercado sobre el derecho y la obligación de la familia de velar por el bien superior de los hijos. Y también la flojera. El software para control parental es fácil de adquirir, el propio Kaspersky Lab posee estos instrumentos que permiten restringir sin negar el acceso a la red. Pero muy poca gente los usa. Prefieren que se ahogue el niño a tapar el pozo.
Publicado en Revista Siempre!