Una de las cuestiones más interesantes del nombramiento de monseñor Pietro Parolin a la Secretaría de Estado del Vaticano, lo que se suele llamar «el número dos» del Papa, es que trabajó en México a fines de la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado.
¿Qué hay de particular en eso? Continuar leyendo