La muerte de Jacobo removió recuerdos de infancia de muchos de nosotros, que iniciamos nuestra vida informativa de la mano de “24 Horas”. En las brumas recuerdo el “Noticiario Nescafé”. Sus gustos se convirtieron en los gustos de buena parte de los que lo veíamos noche a noche, antes de ir a la cama.
Era una profesión y un estilo del cual —todavía no llegábamos ni a la adolescencia— no teníamos otro referente, menos aún si vivíamos en la provincia. El “lo dijo Jacobo” era la última palabra. No había más. Estoy seguro que nunca habrá un sujeto tan imperante en la televisión mexicana que “el Güero” Zabludowsky. Continuar leyendo
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) le ha dado un sesgo interesante a la industria televisiva en México, tras la reforma al sector generada en la actual administración de Enrique Peña Nieto.
Pierre Borudieu, el “niño terrible” de la sociología francesa, decía que “la primera eterna lección sobre los medios” es que “el montaje puede hacer que las imágenes digan cualquier cosa”.
Ignoro en qué acabó el ciclón desatado por la conductora de origen peruano Laura Bozzo quién exigió, a gritos, derecho de réplica en el noticiario de MVS, que conduce Carmen Aristegui (por cierto, quien de forma consistente aparece en el primer sitio de credibilidad en los sondeos de opinión de revistas especializadas en medios).
La esencia del tiburón de la comunicación es parecida al del tiburón de los mares: cuando tiene hambre, se come lo que hay en el entorno. Aunque en Televisa hay talento para la caza. Vieron la oportunidad de la TV por cable. Y van por ella.
Llama poderosamente la atención que los medios periodísticos del centro de México, los considerados “nacionales”, principalmente por asentarse en la capital y en los estados circunvecinos —sobre todo el Estado de México— redujeran a la mitad el espacio que le dedicaban a cubrir hechos de violencia durante los meses de diciembre de 2011 a febrero de 2012 (quinto año de Felipe Calderón Hinojosa), con respecto al mismo periodo de 2012-2013 (primeros tres meses de Enrique Peña Nieto en la presidencia).
Que la televisión mexicana es importante para el control político del país lo atestigua el número tan abultado de legisladores de las dos Cámaras que están ligados a Televisa y Televisión Azteca. El neologismo “Telebancada” es adecuado: se trata de, al menos, dieciséis participantes de la XLII Legislatura que van a empujar temas que tienen que ver con los intereses del llamado “duopolio” televisivo en México. El PRI y su aliado en las últimas elecciones, son los partidos que llevan la voz cantante de los gigantes de la TV en México.
Cada año, desde 1993, la revista Telemundo, que dirige José Antonio Fernández, realiza un interesante sondeo de opinión entre aquellos que visitan la Expo Cine Video y Televisión, también organizada por la revista y por su espejo: el Canal 100, pionero de los canales por Internet en nuestro país.
Desde el año de 2006, medios de comunicación en México, encabezados por Televisa y el Grupo Reforma, han sufrido cuarenta y un ataques con explosivos y armas de fuego por parte de narcotraficantes. Sin embargo, últimamente, se ha atacado (sin armas ni violencia material) a Televisa por algunos inconformes con el resultado electoral que entronizó a Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República (si el Tribunal no dice algo diferente —que no lo va a hacer— el primero de septiembre próximo). 