Hay muchos dramas en el mundo, motivados por la insensibilidad de los gobiernos frente el dolor de la gente. Uno de ellos es Tijuana, el ultimo tramo de la Patria, al noroccidente del país. La frontera más transitada del mundo. Un lugar lleno de contrastes, donde refulge la solidaridad humana (y cristiana) frente al muro que se adentra en el mar y que hace recordar al de Berlín.
No me voy a meter en el tema de quién tiene la culpa de que haya esta brutal migración. Lo que hoy vemos son migrantes de todas las latitudes. Desde africanos de Gabón hasta mexicanos de Michoacán, pasando por haitianos, cubanos, salvadoreños, guatemaltecos, hondureños… Y todos tienen como gran fantasma ese muro que está lleno de cruces y de un horroroso vacío de humanidad. Continuar leyendo
Ha comenzado el verano, y por tanto, las vacaciones también del Papa. Aunque (ya lo sabemos) Francisco no toma vacaciones, sí que reduce su ritmo de trabajo y completa documentos, estudia otros y acude, como lo hará el próximo mes de julio, a jornadas tan importantes como la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia (Polonia).
He sido invitado a dar algunas charlas sobre la Exhortación Postsinodal “Amoris Latetia” del Papa Francisco. Mi papel no es hablar sobre la doctrina que involucra el documento –aunque, parcialmente, lo hago en la medida de mis limitaciones—sino como periodista, dando las que considero claves para una provechosa lectura de este acontecimiento.
El Papa ha escrito una carta al presidente de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), el cardenal Marc Ouellet, en la que continúa la reflexión del pasado encuentro de marzo en el que la CAL tocó el tema del indispensable compromiso de los laicos en la vida pública de los países latinoamericanos.
La expectativa de la Exhortación Postsinodal sobre la familia creó un falso rumor: que el Papa iba a cambiar la doctrina de Iglesia sobre tres puntos: divorciados vueltos a casar por lo civil; el acceso a la Eucaristía de quienes viven en situaciones irregulares y el tema de las personas homosexuales.
En la Vigilia con los fieles a la Divina Misericordia, el pasado sábado en San Pedro, el Papa Francisco nos punzó –una vez más, y por si falta hiciera—el corazón del cristiano (el que debería tener el cristiano).
El día de San José de 2013 comenzó el papado de Francisco. Hace tres años. El tiempo pasa rápido. Y más con un modo de ser como el del jesuita argentino quien les dijo a los cardenales que lo eligieron, justamente cuando se revestía de blanco por vez primera: “Espero que sepan lo que están haciendo”.
El Papa Francisco fue irónico, enfático, totalmente claro en el vuelo de regreso de México a Roma: “cristiano es el que construye puentes y no es cristiano el que construye muros”. Ergo: Donald Trump –candidato triunfador por el lado republicano del súper martes en Estados Unidos—“no es cristiano”.
Fieles a nuestra promesa, en este número de El Observador nos dimos a la tarea de sistematizar el conjunto de tareas específicas que el Papa Francisco nos dejó a los mexicanos (todos) como camino para recuperar la luz frente a estos días de sombra.
El presidente Enrique Peña Nieto y su esposa no tuvieron más que rendirse, como todo el gabinete, a la fe de los jóvenes del pueblo mexicano. Qué grande sorpresa para todos ver que México tiene una juventud creyente, pujante, esencialmente católica.