Los católicos hemos ido perdiendo el conocimiento, el respeto, el amor por los símbolos que nos dan identidad y, al mismo tiempo, nos proporcionan un profundo sentido de arraigo.
El filósofo inglés Roger Scruton dice, en el prefacio de su libro La Cultura Cuenta, que nuestra civilización occidental ha sido desenraizada. «Pero cuando a un árbol se le quitan las raíces no siempre muere. La savia puede encontrar su camino hacia las ramas, que se rompen en hojas cada primavera, con la esperanza perenne de los seres vivos». Continuar leyendo
El profesor de filosofía del Boston College, Peter Kreeft, publicó un libro cuyo nombre es muy sugerente: How to win the Cultural War. A Christian Battle Plan for a Society in Crisis (Cómo Ganar la Guerra Cultural. Un Plan de Batalla Cristiano para una Sociedad en Crisis).[1]
Francisco Prieto es maestro, formador de periodistas, novelista, ensayista, dramaturgo, cronista y pensador católico de altos vuelos. Cercano a una gran generación de periodistas y periódicos o revistas católicas, comparte reflexiones importantes en esta entrevista exclusiva de El Observador.
Es muy complicado pensar en una nueva cultura democrática para México sin el acompañamiento de la lectura. Lejos del romanticismo retórico, leer nos hace ser nosotros mismos, ser de otro modo: ser más. Y cada que salen los levantamientos del Módulo de Lectura (MOLEC) sobre el comportamiento lector de los mexicanos mayores de 18 años —obviamente alfabetizadas— en ciudades con más de 100,000 habitantes, a uno se le cae el alma. O, más bien, uno se explica el por qué de los terriblemente malos gobiernos que padecemos.
Un acontecimiento sin precedentes en la historia moderna de México se presentó en el municipio de San Pablo del Monte, en el Estado de Tlaxcala, en el centro del país, cuando un grupo de pobladores de la localidad destruyeron, hasta sus cimientos, la Capilla del Santo Cristo.
En el mes patrio todo restaurante se apunta a celebrar la mexicanidad con menús que incluyen platillos nuestros, especialmente los chiles en nogada. ¿Cuántos de estos platillos, que hoy consideramos conquistas de la gastronomía profesional no nacieron en los espacios recogidos de los conventos?
Para mí no hay vacaciones si no están asociadas a uno o varios libros. Puede faltar el mar, la montaña, la ciudad colonial o la casa en el campo. Lo que no puede faltar es una buena lectura: escogida, mimada, aguantada hasta el período de sosiego. Y eso me ha ganado horas maravillosas de solaz, incluso sin salir de la casa.
El Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), presentó los primeros resultados de una encuesta nacional de cultura y práctica religiosa, la primera de su tipo que se realiza en América Latina.