Brasil y México –los dos países con el mayor número de católicos del mundo—encabezan la lista de la desigualdad en el ingreso, y por tanto, la lista de los países más injustos del planeta. De hecho, nuestra América Latina es la porción del mundo más desigual de todas.
En América Latina, solamente una quinta parte de la población posee la mitad de la riqueza de la región, mientras que el 20 por ciento de la población más pobre posee el cinco por ciento de la riqueza total de nuestros países. Gravísimo; unos cuantos son dueños de todo; muchos millones no son dueños de nada. Continuar leyendo
El jueves 28, a la una de la tarde, tiempo de México, inició un período inédito en la historia de nuestra Iglesia: Joseph Ratzinger en Castel Gandolfo (estará ahí por dos meses), el departamento papal sellado y el anillo del Pescador destruido. Algunos días en los que los únicos que no cesaron de sus funciones fueron el Camarlengo (Bertone), el Penitenciario (Monteiro) y el Vicario de Roma (Ballini). Al Vaticano lo gobierna el colegio de cardenales. Y a la Iglesia, el Espíritu Santo.
Escoger un tema de los miles que se me presentan como herencia del pontificado de Benedicto XVI es una tarea ingrata. Algunos lo llaman «el Papa de la razón». No creo que sea ésta su principal cualidad. Significaría que Juan Pablo II hubiese sido «el Papa de la emoción», o algo similar Frente a los últimos colosos, Pío XII, Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, ¿cómo decir qué distingue a Benedicto XVI?
Los fieles laicos somos miembros a título pleno de la Iglesia. Nuestra vocación es distinta a la de sacerdotes y consagrados. Estamos llamados a participar en primera persona en la transformación del mundo según Cristo, viviendo nuestra identidad cristiana en medio del mundo.
El Anuario Pontificio de 2010, que acaba de ser presentado al Papa Benedicto XVI, da cuenta de un crecimiento en el número de católicos que habitamos el mundo. En 2009 éramos mil 181 millones. En 2010 llegamos a mil 196 millones; 1.3 por ciento más. Seguramente, en 2011 habremos rebasado los mil 200 millones. ¿Y ésta es la Iglesia que «va a la baja»? 



