El Observador de esta semana ha decidido buscar, con cifras, conceptos, testimonios y reflexiones el rostro de los jóvenes, los “descartados” modernos que tanto preocupan –y ocupan—al Papa Francisco.
Los hacemos con una sola idea: prender el timbre de alarma: México y América Latina están desperdiciando, por la corrupción del miedo y del poder, lo que países europeos, el propio Estados Unidos, desearían tener con toda su alma: el llamado “bono demográfico”. Continuar leyendo
El Observador de esta semana ha decidido hacer un especial sobre la situación de Venezuela y lo que puede pasar en otros países –incluyendo a México, por supuesto—si no somos capaces de “poner nuestras barbas a remojar”.
Este número de El Observador el Tema de la Semana está dedicado a un asunto del que muy poco se habla en la prensa secular y menos en la prensa católica: la brutal invasión de plástico que trastorna nuestra vida y pone en terrible riesgo la salud de la humanidad.
El recurso agua, como tantas otras riquezas de nuestro país, se encuentra en peligro. En este número de El Observador hemos tomado la iniciativa de dedicarle el Tema de la Semana.
La alimentación mexicana quebró a partir de la expansión de los productos chatarra por medio de la incisiva publicidad televisiva. Hoy somos el país con mayor índice de diabéticos del mundo y el segundo, tras Estados Unidos, en obesidad.
El próximo domingo 16, en San Pedro, se llevará a cabo la solemne ceremonia de canonización de José Sánchez del Río, brutalmente martirizado por las fuerzas federales durante los años más duros de la llamada “Cristiada”. A él le dedicamos, especialmente, este número de El Observador. Pero, antes, dos pequeñas observaciones.
Según los datos oficiales en este mismo momento hay cerca de 28,000 personas desaparecidas, extraviadas o no localizadas desde 2007 hasta la fecha. Fuentes externas hablan de 40,000; incluso de 50,000. En un país en el que las cifras se manejan a discreción, todo el mundo apunta a que son las fuentes ciudadanas las que tienen razón.
Uno de los ángulos ignorados, tanto por organizadores y voceros de las recientes marchas en más de 110 ciudades del país como por sus detractores, tiene que ver con la precisión de los nombres. Los nombres sobre los cuales descansaron invitación y repulsa: “familia” y “matrimonio”.
Los paisajes son diferentes: el dolor es el mismo. Calcuta no es solamente una ciudad de la India: se ha metido en nuestro corazón, gracias a la Madre Teresa y sus Misioneras de la Caridad.
En el Mundial de Futbol de Sudáfrica, la FIFA quiso prohibir las manifestaciones religiosas de los jugadores. Nadie hizo caso. Los mandamases del deporte (unos verdaderos tiburones) han querido erradicar a fuerza el tema de las imágenes religiosas, el santiguarse, el rezar, la cruz. Quedan en ridículo.