Abandonar todo

vaticanoEl próximo domingo 16, en San Pedro, se llevará a cabo la solemne ceremonia de canonización de José Sánchez del Río, brutalmente martirizado por las fuerzas federales durante los años más duros de la llamada “Cristiada”. A él le dedicamos, especialmente, este número de El Observador.  Pero, antes, dos pequeñas observaciones.

Primera: ¿por qué “la Cristiada”?  Si no nos equivocamos, fue el historiador Jean Meyer el que bautizó a este movimiento popular, de católicos que se sublevaron contra el gobierno del general Calles no para derrocarlo, sino para poder vivir su fe, impedidos como lo estaban por las leyes que, prácticamente, desaparecían a la Iglesia.  “Cristiada” porque se asemeja a la “Iliada” de Homero, una epopeya donde el pueblo ocupa el protagonismo de la lucha.

Segundo: ¿por qué se sublevó el pueblo?  La más sencilla de todas las explicaciones es la que dio el maestro Luis González y González:  porque para el pueblo el Gobierno es su padre y la Iglesia su madre.  De pronto, el pueblo vio como su padre, borracho y violento, golpeaba a su madre.  Y se enojó.  Explicación que no admite rechazo, así fue.  Gente sencilla abandonó todo por defender su fe.  Y a su madre.

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En esta edición, echamos un vistazo a la soledad que produce el suicidio; contamos la historia de un exjugador del Manchester United que dejó la pelota por la vida sacerdotal y respondemos, con el padre Javier Coellar una duda sobre familias heridas.  Buena lectura.

Publicado en El Observador de la actualidad 1109