Chatarra

refrescoLa alimentación mexicana quebró a partir de la expansión de los productos chatarra por medio de la incisiva publicidad televisiva.  Hoy somos el país con mayor índice de diabéticos del mundo y el segundo, tras Estados Unidos, en obesidad.

No se puede enmascarar este problema de salud pública.  No se debe echar en saco roto el número brutal de muertes por ingerir chatarra.  Lo que le cueste al erario público, es lo que debe hacerse para mitigar este problema que atenta, así de sencillo, contra la calidad de vida de todo el país.

La Organización Mundial de la Salud le acaba de pedir a México un impuesto adicional contra los refrescos (somos el número uno mundial en litros por persona al año) “para salvar vidas”.  ¿Tanto así?  Desde luego que tanto así.  México tiene que enfrentar esta epidemia con sabiduría, valor y sin dejar paso a los altos intereses económicos que mueve la industria de los alimentos chatarra, y sus aliados publicitarios.

Ya se ha logrado mucho con la restricción del tabaco.  Ahora viene esta segunda fase, con los productos de dudosa alimentación.  No es lícito anteponer el puro interés del dinero al desarrollo humano integral.

Publicado en El Observador de la actualidad 1110