(Primera de dos partes)
Entre los seis “hallazgos” que encontró John Gramlich, escritor y editor en Pew Research Center en una encuesta realizada la pasada primavera en 38 naciones, sobre cómo los países de todo el mundo ven la democracia, el gobierno militar y otros sistemas políticos, hay uno que nos debería hacer reflexionar de cara a las próximas elecciones presidenciales. Continuar leyendo
El cada día más interesante filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han comienza su libro La Salvación de lo Bello con esta frase: “Lo pulido, pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual”. En el arte y en todas las manifestaciones del espíritu, lo que cuenta, lo bello, es lo que no tiene pliegues, rugosidades, lo que se puede comprar y vender.
En publicidad directa, en camisetas de futbolistas, en el interior de películas y programas de televisión, en espectaculares y en todo tipo de representaciones, el alcohol es parte de la oferta mercadotécnica de una vida interesante, intensa, relajada, al gusto de la época, del adulto contemporáneo, que sabe decidir cuántos tragos son necesarios para su vida social plena.
Un grupo internacional de publicaciones periódicos ha conducido la investigación más grande —y más grave— sobre los llamados “paraísos fiscales”, oscuros rincones en los que el mundo financiero y político entretiene sus millones, quitándoles la “pesada” carga de los impuestos.
Internet puede demoler la salud de los niños. Pero, usado con inteligencia y, sobre todo, capacidad de servicio, puede ayudarlos a crecer con salud (deteriorada por el consumo excesivo de carbohidratos, el sedentarismo, la exposición prolongada a los medios, etcétera).
En los últimos cinco años, más de dos decenas de periodistas han sido abatidos en México, lo cual pone al país como el más peligroso para ejercer la profesión en un contexto en el que no existe una guerra interna. Una de las víctimas fue la periodista Miroslava Breach.
Hubo una vez en que los partidos políticos hacían política. Preparaban a su gente para hacer política. Buena o mala, pero política, al fin y al cabo. Sabían que tenían que conducirse con alguna propiedad, ser fieles a un ideal, estudiar, entender la realidad del lugar al que aspiraban gobernar y tratar de convencer a sus votantes de que eran la mejor opción.
El término “fake news” o “noticias falsas” se ha vuelto viral, justamente porque éstas se han vuelto virales. Con ocasión de los terremotos de septiembre, las redes sociales y los medios tradicionales de comunicación, estuvieron inundados de noticias piratas. Gente de mala voluntad, gente que aprovecha la incapacidad de discernimiento que exhibimos los mexicanos, gente que busca raja política del infortunio… Lo cierto es que ahí están. Y demeritan al verdadero trabajo informativo.
Los “milenials” tomaron la batuta de la acción tras el terremoto del 19 de septiembre. Y de paso, también del 7 de septiembre. Y es que los “milenials” tienen en su mano las redes sociales. Lo cual fue aprovechado por muchos para hacer campaña de desprestigio a todo lo que sonara a pasado. Está bien. Perfectamente correcto. El pasado, sobre todo el pasado político de México, tiene que ser corregido. Posee una cantidad de grietas inmensas. Sobre todo, las grietas de la corrupción, del autoritarismo, de la impunidad y de la politización de todo lo que sucede en nuestra Patria.
Las redes sociales están ganando terreno a los medios convencionales para obtener noticias por parte de las personas, ya no importando tanto la edad, la escolaridad, la raza o, incluso, la posición socioeconómica de los usuarios.