El Papa Francisco ha logrado que recen con él, en El Vaticano, palestinos y judíos. El gesto de Francisco nos interpela a todos. Y nos impone un nuevo camino para lograr la paz. Me explico.
“Un hombre quería colgar un cuadro. El clavo lo tiene, le falta el martillo. El vecino tiene uno. Decide pedirle al vecino que le preste el martillo. Pero le asalta una duda: ‘¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Continuar leyendo
El año pasado, durante la Copa Confederaciones, un esperpento inventado por la FIFA para ganar dinero, los brasileños salieron a la calle y gritaron al gobierno de Dilma Rousssef un clarísimo ¡ya basta! ¿Basta de qué? De la farsa que consiste en echar la casa por la ventana para que vengan los turistas, incluyendo, por supuesto, los llamados “turistas sexuales” (pederastas), dejen algo de dinero, destruyan a su antojo y se larguen, dejando al país sede con una serie de estadios e instalaciones que luego —como en Grecia— van a terminar en el abandono.
El número que el lector tiene en sus manos está dedicado, como todo el mes de junio, al Sagrado Corazón de Jesús. Un hermoso devocionario acompaña a este ejemplar. Es gratuito pues un bienhechor lo ha querido así. Es de los que se toman en serio la propagación de esta devoción maravillosa. Dios quiera que se multipliquen. Que haya muchos que entiendan la importancia de la devoción, de la prensa católica; la inmensa necesidad que tenemos de echarnos la mano unos a otros para difundir la fe, el amor de Dios, la esperanza que nos fue regalada por el sufrimiento de nuestro Salvador.
Varios cientos de miles de migrantes cruzan cada año el territorio mexicano para entrar a Estados Unidos. Muchos de ellos son de Centro América, la mayoría. Pero otros son de lugares tan remotos como Australia, Egipto o la India. Ninguno de ellos —sea de donde sea— se salva del acoso de las bandas criminales ni de las autoridades migratorias o judiciales mexicanas quienes han visto en los migrantes un botín humano fácil de explotar, de extorsionar, de utilizar. Tampoco hay demasiada prensa en torno a ellos. El padre Solalinde, “Las Patronas”, fray Raúl Vera…
El fenómeno mundial de Sor Cristina ha sido interpretado por muchos como resultado directo de lo que llaman los medios y los vaticanistas “el efecto Francisco”. Es decir, la influencia mundial del Papa en la apertura de la Iglesia a la televisión, la radio, la prensa, las revistas, los concursos de voces y talentos de gente desconocida…
El pasado 17 de mayo se celebró el Día Mundial del Internet. Por tal motivo, la red de organizaciones RedNATIC y Google, con el apoyo de Save the Children, han lanzado “Todo a 1 Clic”, una campaña dirigida a los adolescentes que busca sensibilizar y fomentar un uso responsable de la red entre los jóvenes de países como México.
El próximo 19 de octubre será beatificado Pablo VI. Un Papa sufridísimo, uno que supo presidir y culminar el Concilio Vaticano II y que llevó a la Iglesia hacia una apertura a los tiempos modernos, desde la fidelidad más profunda del tesoro de la fe.
Tamaulipas se ha convertido en uno de los peores lugares para vivir en México. De ser una entidad normal, más o menos próspera y tranquila, pasó, en menos de quince años, a ser un infierno. Tres factores se han conjugado para que Tamaulipas haya llegado a donde se encuentra, al fondo del abismo. Estos factores son la corrupción y la ineficiencia gubernamental, la lucha de los carteles de la droga por controlar la plaza y, también, la incapacidad de articular un movimiento ciudadano que ponga freno a los delincuentes.
Grande ha sido la escaramuza en los medios de comunicación de Estados Unidos tras el inusitado hecho de que la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (acnudh), Navi Pillay, exigiera al gobierno de Estados Unidos imponer “una moratoria inmediata” sobre la pena de muerte, después de “la muerte agónica” de Clayton Lockett en Oklahoma hace un par de semanas.
La primera versión que tenemos de nuestra madre es una voz que canta, arrulla, estabiliza el estupor de abandonar su seno y aprender que el mundo es nuestro nuevo hábitat.