En el universo que nos movemos el poder actúa en base a promesas falsas. Es visible pero no real. Actúa pero apenas si se le nota. Está dentro de nosotros, como una espiral de acción que impide la reflexión sobre las cosas y sobre sus causas.
La comunicación ha pasado a ser el instrumento más útil en esta desbandada hacia el abismo. En este convencimiento de que nada hay mejor que la humillación y el silencio. Continuar leyendo