Amigas y amigos de El Observador. Gracias a Dios hemos cumplido ya 21 años de circulación ininterrumpida del periódico. Gracias también a ustedes y al equipo de trabajo que ha hecho posible que esta aventura se vaya purificando, no para nuestra gloria sino por amor al Evangelio.
Hace 21 años los obispos de la entonces región pastoral Bajío y algunos empresarios confiaron en nosotros. Confiaron en que podíamos hacer algo diferente para no repetir el mensaje, sino para integrarlo en la cultura de México, para forjar un modo “católico” de ver y juzgar la historia, para transformar –mediante la acción concreta—nuestra realidad. Continuar leyendo