Hace unos días leí una tabla que me dejó sorprendido. Se trata de las búsquedas en Google que desde México se hacen iniciando con la pregunta: ¿Cuánto cuesta…?
La posición número uno y la dos corresponde a cuánto cuesta un euro y un dólar. Lógico: vivimos arrobados por la cultura de las “monedas fuertes”, símbolo del capitalismo salvaje al que se ha inclinado, sin que nadie le ponga freno, la política neoliberal que corroe las entrañas de México.
La posición número tres está ocupada por la pregunta ¿Cuánto cuesta una prueba de embarazo? La publicidad, las tramas de las teleseries y toda la parafernalia del sexo han hecho del país una verdadera plaza pública de embarazos no deseados. Por ello, la posición número once es para el ¿Cuánto cuesta la pastilla del día siguiente?; la trece una prueba de ADN y la quince, un aborto.
Mientras que las siguientes posiciones se refieren a los gadgets de los cuales estamos prendados, como si ahí estuviera la vida. Las posiciones número cuatro y cinco están ocupadas por la pregunta sobre cuánto cuesta un iPhone 6 y un iPhone 5.
No hay revelación científica en lo que voy a decir, pero en estas búsquedas se concentra la nueva constitución de los mexicanos, ávidos de idolatrar dinero, el sexo y a los avances de la tecnología que “nos mantienen conectados”.
En Google preguntamos más veces cuánto cuesta un tatuaje o una operación de nariz que cuánto cuesta un libro.
Publicado en le versión impresa de El Observador de la actualidad
