Volver al origen

Déjeme compartir con usted la entrada de un reciente artículo que leí en La Crónica: “En los próximos 38 años se perderán hasta 14 millones de empleos en Latinoamérica por la implementación de la tecnología que provocará que la mano humana sea reemplazada por la automatización, los robots y la expansión de tecnologías como la inteligencia artificial, de acuerdo con analistas y estimaciones de la Comisión Económica para América Latina”.

Los sectores más golpeados serán los de manufactura, administración y construcción.  O sea, los sectores que atrajeron a miles de personas del campo a la ciudad, obreros, trabajadores de la construcción, servidores públicos, cajeros, cobradores…  La lista es larga.  La realidad que se nos viene es, aún, más negra, puesto que estos empleos eran los que sustentaban la “oferta” del capitalismo occidental, aún en naciones con fuerte presencia de pueblos originarios, como México.

Ante el panorama que genera el posible desempleo de millones de personas en nuestra región, surge las preguntas sobre el qué hacer y cómo hacerlo para enfrentar la presumible violencia que acarreará consigo el fenómeno de la automatización de los procesos industriales y administrativos.

Desde luego, no hay una respuesta infalible.  Aunque bien podríamos hacer lo que nuestros vecinos del norte llaman “back to bases”, esto es, retornar a lo esencial.  Y aquí los pueblos originarios de México, más todavía los de Oaxaca, tienen mucho que decirnos.  Por ejemplo, el tequio, esa forma de trabajo libre, solidario y comunitario en la que los vecinos de un pueblo aportan hasta 80 por ciento de una causa: ya sea la construcción de un camino o la de una escuela.

Cuando se han agotado las soluciones propuestas por la dictadura del mercado, hay que voltear atrás.  Nuestros antepasados indígenas están levantando la mano.

Publicado en El Observador de la actualidad