Percibo –como usted—un ambiente muy pesado en México. Ocasión no falta. Nuestro gobierno da la oportunidad semanal de hacernos sentir inquietos. Arriba del Río Bravo, las nubes parecen negras. Y la violencia no cede.
Ante este panorama viene bien recordar la teoría del periodista polaco Ryszard Kapu?ci?ski sobre “las dos historias”.
Hoy vivimos dos historias: la real, la del día con día, y la virtual, la que cuentan los medios de comunicación. La segunda es la que más nos impacta al momento de evaluar la situación que guarda el país.
Al escuchar la radio, leer la prensa, ver la tele o navegar por Internet, nos sentimos parte de una estructura invisible de corrupción que tarde o temprano va a tragarnos.
Leo una conferencia del entonces cardenal Bergoglio: “Nos hará bien volver a decirnos unos a otros: ¡pecador sí, corrupto no!, y decirlo con miedo, no sea que aceptemos el estado de corrupción como un pecado más”.
Decirlo con miedo… Sí, con el miedo de caer en la tentación de la derrota. “Si todos lo hacen, ¿por qué yo no?” “A los malos les va bien..”, etcétera.
Es lo que quiere mostrarnos la historia virtual. Que todos somos corruptos. Que el mundo es un jungla donde priva el sálvese quien pueda. Que Dios no tiene lugar y que el mal triunfa.
Salir de la jaula depende de nosotros. La salida es el miedo al pecado. Y a no confundirlo con la inhumana, anticristiana, corrupción.
Publicado en El Observador de la actualidad No. 1122
Coincido con este artículo..
Saludos..