Una persecución que no cesa

Cada año parece la misma historia, pero creciendo.  El derecho primario a la libertad religiosa está siendo pisoteado aún en las democracias occidentales (donde se supondría que –por principio—lo que privaría sería, justamente, el Estado de derecho).  El Tema de la Semana lo dedicamos hoy a una de las grandes preocupaciones de la Iglesia católica y del Papa Francisco: la persecución a los cristianos.

Según el Informe 2016 de Ayuda a la Iglesia Necesitada, una de cada tres personas en el mundo vive en un país sin libertad religiosa.  Un tercio de la humanidad vive, pues, sin gozar de este derecho humano esencial (página 2).  La redacción de El Observador nos pone dos ejemplos de hostigamiento de baja intensidad (no el de los radicales del ISIS): México y España (página 4)  Recientemente, el Centro Católico Multimedial nos recordaba que México, por octavo año consecutivo (2016) resultó ser el país más peligroso del mundo para ejercer el sacerdocio ministerial.

En Nepal suprimieron la Navidad; en Estados Unidos hubo un ataque con pistola en el confesionario; en Alemania aumentan las profanaciones, en Chile hay quema de iglesias y en Bélgica se puede llegar a la cárcel por negarse a matar enfermos…  Son algunos ejemplos de esta intolerancia religiosa que crece en el planeta y que usted puede leer en la página 5 de esta edición.

Pero donde abunda el pecado, sobreabunda la Gracia.  Hoy presentamos el caso del padre español José Bau Burguet fallecido en 1932, tras una noche de grandes tentaciones.  El Papa lo acaba de declarar “venerable”.  Ni fue mártir ni hizo grandes milagros: solo fue un buen párroco (página 7).  Y atendiendo a “la última” de nuestro querido Francisco no deje usted de lado la carta que envió a obispos y sacerdotes: ante la pederastia, tolerancia cero (página 16).  ¡Buena lectura y buen año 2017!

Publicado en El Observador de la actualidad No. 1122