El próximo 12 de diciembre, cuando se celebre el 484 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a san Juan Diego en la colina del cerro del Tepeyac -donde actualmente se levanta la nueva basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México-, se dará a conocer en Roma el itinerario que seguirá el Papa Francisco en su primer viaje a tierras mexicanas.
A los pies de la morenita
La visita del Papa está programada para iniciar el 12 de febrero, aunque la fecha todavía puede ser movida, de acuerdo a la agenda del Pontífice y a las condiciones del viaje.
Sin embargo, ya se ha perfilado con suficiente claridad el itinerario papal, sobre todo por los puntos de interés que ha reiterado en sus casi tres años al frente de la barca de Pedro.
El punto central de la visita será, desde luego, la basílica de Guadalupe, el santuario mariano más visitado del mundo, con cerca de 22 millones de personas cada año.
Ahí, al iniciar el pasado lunes los trabajos de la 100ª Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el cardenal y arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, encomendó a Guadalupe el viaje del Papa.
El también presidente de la CEM dijo, durante la homilía de la misa inaugural de la Asamblea, que el Papa llenó de alegría al pueblo mexicano, y aseguró que vendrá a “confirmarnos en la fe, alentarnos en la esperanza, fortalecernos en el amor e impulsarnos a edificar juntos la Iglesia y la nación mexicana”.
Por eso mismo, y conocedor de la inmensa devoción del Papa Francisco –como lo fue de san Juan Pablo II— a la Virgen morena, el cardenal Robles Ortega, como hacen millones de peregrinos ante la sagrada tilma de san Juan Diego, puso el viaje papal a sus pies.
“Madre de Guadalupe, preséntale a tu Hijo nuestro ruego por los frutos de la próxima visita del Papa, por la Iglesia, y por nuestra nación”, rezó.
Posible itinerario
Tras la visita del doctor Alberto Gasbarri, responsable de los viajes pontificios, para conocer la propuesta de los obispos mexicanos sobre lugares de visita del Santo Padre, y tras las declaraciones de los propios obispos en su Asamblea Plenaria, el Papa Francisco, además de la basílica de Guadalupe, tendría una reunión en la residencia oficial de Los Pinos, con el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
También visitaría Morelia, la capital del Estado de Michoacán, a la que le ligan lazos de amistad con el recientemente nombrado cardenal y arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda.
Michoacán se ha visto envuelto en una situación de extrema violencia y es parte del proceso de recuperación de la paz que está haciendo la Iglesia católica en México.
También estaría en San Cristóbal de las Casas, un pueblo mágico de México, en el Estado sureño de Chiapas, en donde tendría un encuentro no solamente con los indígenas –población mayoritaria de “Los Altos” de Chiapas—sino, también, con los migrantes centroamericanos que vienen del vecino país de Guatemala, de El Salvador y de Honduras, principalmente.
Más adelante, el Papa iría a Ciudad Juárez, en Chihuahua, frontera con El Paso, Texas. En Ciudad Juárez se ha dado un fenómeno brutal de violencia en contra de las mujeres y es paso de miles de migrantes que buscan en Estados Unidos condiciones mejores de vida y de trabajo.
Será una ocasión privilegiada para relanzar la labor de la Iglesia a favor de los migrantes en ambos lados de la frontera.
Finalmente, se podría realizar una celebración multitudinaria en el vecino poblado con altos niveles de pobreza de San Cristóbal Ecatepec, que forma parte de la zona metropolitana de la Ciudad de México, a la que se espera que asistan millones de personas.
Publicado en Aleteia