«Querido Padre»

El fin de semana pasado se anunció, en la arquidiócesis de Monterrey, la puesta en marcha de la Red de Laicos Católicos en Defensa de sus Pastores. Su objetivo es muy sencillo: hacer ver que la Iglesia católica es mucho más grande que los casos de pederastia cometidos por algunos sacerdotes.

El director de la Red, Daniel Sanabria, comentó, al iniciar el movimiento laical de defensa a los sacerdotes, que no se pueden ni se deben ocultar los casos de pederastia que se han denunciado en ciertos lugares del mundo; pero que esos casos no son significativos del comportamiento de los 500 mil sacerdotes o de los cinco mil obispos que componen las huestes de la Iglesia católica, encabezada por Benedicto XVI. En el 99% de los casos se trata de conductas intachables. Y no por un puñado de desviaciones se puede tasar al completo el importantísimo ministerio sacerdotal.

Un dato relevante, que habla de la mala leche con que se ha inventado en los medios de comunicación no afines a la Iglesia el tema de la pederastia es que en México hay, actualmente, 16 denuncias por abuso sexual de parte de sacerdotes por los 15 mil sacerdotes que existen en el país.

La Red de Laicos establecida en Monterrey debe tener una rápida reproducción en otras instancias de México. Por ello, y con la convicción de participar, El Observador se suma a esta iniciativa. ¿Cómo? A partir del próximo número, en la página 9 de la versión impresa y en la página de inicio de la versión digital, bajo el nombre de la columna «Querido padre», publicaremos mensajes de aliento, historias de abnegación y entrega, testimonios vividos, oídos o conocidos de laicos en relación con los sacerdotes. Será nuestra manera de honrar a tantos magníficos sacerdotes que nos han enseñado lo más valioso de la vida: a amar e imitar a Cristo en la Eucaristía y en la solidaridad con el hermano que sufre.

Los laicos hemos de despertar de nuestra modorra. Un sacerdote es un tesoro que tenemos que proteger. Un sacerdote es «otro Cristo»; alguien a quien le decimos «padre» porque nos muestra con su vida que Dios es Padre.