Siria: tú y yo

Hace tiempo llevamos a cabo una campaña de oración por México, con motivos de las “desapariciones” forzadas de miles de mexicanos, el asesinato de sacerdotes y periodistas; el brutal clima de violencia en contra de las mujeres, el crudo tratamiento que reciben los migrantes…  “Un corazón de dolor” concitó la oración de miles de nuestros lectores y, seguro, cambió algo en alguna parte del país.

La oración es la herramienta más poderosa que tenemos los cristianos.  Deja un canal abierto a la Gracia. La usamos poco.  Segundo Galilea, en La música de Dios, cuenta la anécdota del obispo que pide rogativas para que caiga la lluvia y el periodista que se mofa de esa práctica “rupestre”. Llueve esa misma semana.  El obispo da gracias a Dios mientras que el periodista habla de meras circunstancias científicas, meteorológicas.  El obispo no niega ni la ciencia ni la meteorología.  Da gracias a Dios por haberlas creado.  Y por haber creado la lluvia.

Hoy pedimos una campaña de oración por Siria, como lo hicimos con México, Venezuela o por Gode (Etiopía).  Los testimonios son tremendos.  Aterradores.  Ningún hombre es una isla.  Lo que se mutila allá, me es mutilado a mí.  Siria es un yo y un tú.  Pedimos la gracia de la paz.  La paz de Dios.  Y para que la paz de Dios sea en Siria, tenemos que orar y ser factores de paz en nuestra casa, en nuestro barrio.  También ahí es Siria.

Publicado en El Observador de la actualidad No. 1139