La imagen que tengo de mi país en las Olimpiadas de Río es de vergüenza. Somos campeones mundiales, pero en bullying. Una sarta de haraganes destrozaron a la gimnasta Alexa Moreno porque no les parecía su físico, como si ellos fueran musculosos atletas. Y aunque lo fueran: ¿quién les ha dado derecho a burlase?
Muchos se preguntan, una y otra vez, por qué en México hay tanta violencia. Fíjense en los comentarios y los “memes”. Porque ya no hay temor de Dios (para muchos jóvenes y no tan jóvenes, Dios ha muerto) y porque también –como lo explica el psicoanalista italiano Luigi Soja en su espléndido libro La muerte del prójimo—el otro ha dejado de existir. Continuar leyendo
Apenas el sábado 11 de junio la comunidad internacional se enteraba del tiroteo en el que fue asesinada la cantante de “The Voice”, Christina Grimmie (22 años de edad) en Orlando, Florida, y la madrugada del domingo 12 esta emblemática ciudad del imperio Disney volvía a cubrirse de sangre.
La masacre del bar de Orlando, Florida, vuelve a poner el dedo en la llaga de Estados Unidos, un país en donde es mucho más sencillo conseguir una metralleta de asalto que un antibiótico.
Hay un drama de comunicación que no se propone en la masa de producciones de los medios en México. Centroamérica, más aún el llamado “Triángulo Norte” de esta porción del Continente Americano que comprende a Guatemala, Honduras y El Salvador ha llegado en los pasados dos años a lograr un récord nada envidiable: llegar al techo histórico de refugiados.
Haciendo un juego de palabras con el famoso texto sobre las apariciones de la Virgen de Guadalupe, Felicidad de México, del padre Luis Becerra Tanco, publicado en 1675, el director de Letras Libres, Enrique Krauze, ha publicado en este número de mayo un extenso ensayo llamado “Desaliento de México”.
Lo hemos comentado en anteriores columnas en estas páginas de La Cultura en México, de Siempre! Ser periodista en México —frente a la impunidad que persiste en el país— es como ser tiro al blanco en la feria.
Hay dos maneras de perseguir a los cristianos: una es matándolos, otra es no dejándolos vivir su fe (que es otra forma de muerte).
Anteriormente –en México—el peligro era ser torero o limpiador de vidrios de los rascacielos (o ciclista en la capital del país). Hoy, éste último peligro persiste, pero se le han sumado otros dos: ser sacerdote o periodista.
El sacerdote Erasto Pliego de Jesús, desaparecido el fin de semana del poblado de Cuyuaco, en el Estado mexicano de Puebla, fue hallado este lunes completamente calcinado en el ejido de Nopalucan.
Recupero el célebre título de la fábula de Rafael Bernal para hablar de otra selva que “suda muerte”: la de Veracruz o el Distrito Federal, o el Estado de México, o el país al completo… en contra de los reporteros, fotoperiodistas, investigadores de la realidad, testigos de la corrupción, activistas pro derechos humanos…