La belleza que salva

padre-panchito-josefinosLos medios de comunicación en México siempre nos quieren imponer la figura del sacerdote como una especie de varón frustrado, regañón, misógino, entregado a turbias intenciones.  Pobres; creen que su exiguo poder puede matar la belleza que salva e imponerle la crudeza ramplona del narcisismo consumista.  El sacerdote nos enseña el camino de la alegría; los medios comerciales, el camino de la nada. Continuar leyendo

Encuentro personal

papa-francisco-sonrisaEs una de las aspiraciones máximas de los mil 300 millones de católicos que hay en el mundo. Un privilegio poder saludar al Santo Padre Francisco; poder intercambiar unas palabras con él y pedirle bendiciones para la familia, la empresa, el país.

El sábado pasado lo hice, junto con un grupo de alto nivel –el nivel era de ellos—que acudimos al Pontificio Consejo de las Ciencias y de las Ciencias Sociales, para reflexionar sobre la trata de personas como una esclavitud moderna. Pocas veces he sentido más tranquilidad frente a un personaje de esta talla. Parecía que estaba con mi párroco. Y no es detrimento de mi párroco que lo digo. Es a favor de una simplicidad a la que debemos acostumbrarnos como forma de vida. Continuar leyendo

Enrique Shaw

enrique-shawLa semana pasada concluyó en Buenos Aires la etapa diocesana del proceso por el cual Enrique Shaw podría llegar a ser santo.  El primer hombre de negocios que suba a los altares.  Murió de cáncer a los 41 años, en agosto de 1962.  Tuvo nueve hijos.  Fue un patrón ejemplar, al grado tal que cuando necesitó transfusiones de sangre, muchos de sus obreros se agolparon a la puerta del hospital para donarle.  Una de las últimas frases de Shaw: “Soy un tipo feliz, porque ahora la sangre que corre por mis venas es sangre obrera; así estoy más identificado con ustedes, a quienes siempre consideré no simples ejecutores, sino también ejecutivos”. Continuar leyendo

El único Justo

donjustolopezmelusLa vez primera que entró en mi oficina de El Observador fue como un huracán diciendo que pertenecía a una familia de cuatro sacerdotes, que el Papa los había recibido más veces que yo y que el Padre Prisci leyó uno de sus libros y le ayudó en sus homilías como ninguno otro.

Le dije que muy buenos días, que con quien tenía el gusto. Ahí comenzó una fecunda amistad y una gozosa colaboración entre el recientemente fallecido sacerdote español don Justo López Melús y el que escribe estas líneas. Continuar leyendo

«Tía Mar»

La madrugada del domingo 3 de abril, cuando en el Evangelio recordamos el paso de las tinieblas a la luz por la curación del ciego de nacimiento, se mudó a vivir, de su casa de 16 de Septiembre, en el centro histórico de Querétaro, a la Casa del Padre (domiciliada en ese vasto campo de gozo que llamamos cielo), la señorita Margarita Urquiza Septién, la «tía Mar», referente moral obligatorio de una enorme familia católica y queretana.

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