Leer y leer bien nos hace dueños de nosotros mismos. Lejos de creer que nos puede pasar lo de don Quijote, que según Cervantes enfermó del mucho leer y del poco dormir, lo que puede llegar a fomentarnos la lectura es el buen lenguaje. La capacidad de decir lo que pasa nos dice lo que somos. Y de construir los grandes principios, las virtudes que nos colocan en seguida en la línea de la ciudadanía. ¿Leer lo que me da la gana? Sería tanto como decir que una buena alimentación consiste en comer solamente pasteles. Continuar leyendo