Cuando Jesús dijo que los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos nos estaba previniendo contra todo acto discriminatorio; contra toda violación a la dignidad de cada hombre como hijo de Dios.
Desde luego, como sucede incluso entre hombres y mujeres de “buen corazón”, no lo seguimos. Ni en esto ni en la mayor parte de su doctrina. Pensamos, como Orwell en La rebelión en la granja, que todos somos iguales, pero que hay unos “más iguales que otros…”. Continuar leyendo