El pasado 10 de octubre, sin que mediara una acción delictiva, según el parte rendido por la policía montada de Port Coquitlam (Columbia Británica) de Canadá, “apareció” en su casa el cadáver de la jovencita de apenas quince años de edad Amanda Todd. Suicidio por causas no conocidas, reiteró el parte policiaco. ¿No conocidas?
Desde hacía tres años, la vida de Amanda, ventilada por Internet, era un infierno perfectamente conocido por varios cientos Continuar leyendo