Emily Esfahani Smith es editora del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford y escribió el libro The Power of Meaning: Finding Fulfillment in a World Obsessed With Happiness (El Poder del Sentido: Encontrar la Realización en un Mundo Obsesionado con la Felicidad) en el que habla, entre otras cuestiones, del ansia que han atraído los triunfadores de las redes sociales, a los jóvenes universitarios de nuestros días.
En un reciente artículo, reproducido por The New York Times en Español, Esfahani Smith retoma las ideas centrales de su texto y subraya que en este tiempo “los estudiantes universitarios intentan, desesperadamente, cambiar al mundo y buena parte de ellos cree que tener una vida exitosa significa hacer algo extraordinario y que llame la atención, como convertirse en una celebridad en Instagram, crear una empresa exitosísima o acabar con la crisis humanitaria”. Continuar leyendo
El célebre periódico londinense The Guardian ha tenido que recurrir a la inventiva para asegurar, así sea levemente, su futuro. Que una cabecera mundialmente famosa como la de este rotativo, que apenas hace tres años ganó el Premio Pulitzer, esté en problemas financieros mueve a pensar a fondo que algo malo está pasando en la industria periodística.
Martín Caparrós acaba de escribir un artículo muy interesante —que reproduce The New York Times en Español— sobre “El otro triunfo del terrorismo” —refiriéndose al video, que ha circulado millones de veces en redes sociales, en el que la policía catalana abate al supuesto quinto terrorista de los atentados de Las Ramblas.
Los sucesos de Charlottesville, Virginia, originados por un choque entre supremacistas y pacifistas —en donde murieron tres personas y que han vuelto a hacer sonar los timbres de alarma sobre el racismo estadounidense— trajeron consigo una extraña batalla en la red social de Twitter: la del presidente “Tweeter” Trump frente al ex presidente Obama.
México es un país de ciudadanos agraviados pero en el que, paradójicamente, solo uno de cada diez delitos es denunciado por la víctima. Las justificaciones son muchas. Y la llamada “cifra negra”, es decir, la cifra real de la incidencia delictiva del país, crece y se arraiga en la vida cotidiana de la gente, por el inmenso número de casos no denunciados o sin averiguación.
Una encuesta llevada a cabo a lo largo de la primavera de 2017 por el Pew Research Center (PRC) en 38 países de los cinco continentes arrojó como resultado global que el autodenominado Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) y el cambio climático son las dos más graves amenazas a la seguridad en el mundo.
La Organización No Gubernamental Article 19 acaba de presentar un mapa de la libertad de expresión y el derecho a la información en México. Se trata de la primera compilación en el siglo XXI del (lamentable) estado que guarda este derecho humano fundamental en nuestro país.
Una de las cuestiones que se ha dejado de lado en la “nueva” concepción de la educación en México es lo que nuestros antepasados consideraban importantísimo: la enseñanza de la lengua materna. Asomarse al siglo XIX, a la primera parte del siglo XX, es asomarse a un dominio del lenguaje muy diferente al de hoy.
El acoso u hostigamiento online es ya un modo de vivir de miles de adultos en Estados Unidos. El Centro de Investigaciones Pew (PRC, por sus siglas en inglés) descubrió esto en un nuevo estudio. La mayoría de los estadounidenses dicen que este tipo de acoso “es un problema importante”, y muchos piensan que las compañías proveedoras de servicios de Internet, las de redes sociales y las autoridades federales, deberían aplicar la ley para reducir el abuso online.
Muchas investigaciones se han producido en torno al tema de la discriminación por el tipo de piel. Estados Unidos es el gran laboratorio. Y los medios estadounidenses, especialmente el cine y la televisión, han difundido en todo el planeta una “diferencia” que se refleja, cómo no, en la vida cotidiana (de esa nación y de muchos otros lugares del mundo, consumidores de sus productos de comunicación).