Los fieles laicos somos miembros a título pleno de la Iglesia. Nuestra vocación es distinta a la de sacerdotes y consagrados. Estamos llamados a participar en primera persona en la transformación del mundo según Cristo, viviendo nuestra identidad cristiana en medio del mundo.
El proceso electoral del próximo 1 de julio es el momento adecuado para hacer que nuestra fe se vuelva inteligencia de la realidad, es decir, que la fe nos ayude a descubrir cómo debemos ejercer nuestro derecho al voto. Continuar leyendo