Hace poco escuché a un obispo referirse al “problema” de la visita del Papa a México, en son de broma, por supuesto. Pero algo se escondía detrás de esta guasa. En realidad para un país como México la visita de Francisco pone a bailar en la cuerda floja a muchos.
Primero que nada, al gobierno federal. Será medida su capacidad de absorción de tan importante acontecimiento para 9 de cada 10 mexicanos. Con la última visita, la de Benedicto XVI, se alejó al Papa de la capital y de los centros de conflicto.
Se le puso en León, en Silao, donde prendió la Cristiada y el sinarquismo. Con colmillo de viejo profesor de Teología, Benedicto XVI lo hizo patente, recordando que Juan Pablo II quiso ir al Cubilete, pero no lo dejó Gutiérrez Barrios (bueno, eso no lo dijo, pero lo dijo). Lo mandó a San Juan de los Lagos, a una explanada infame.
Las visitas del pontífice polaco fueron a modo del gobierno, por las maniobras bien aceitadas de alguna orden religiosa muy comprometida con el capital. Luego, ya muy mermado, el Papa Wojtyla apenas si pudo volver a México a canonizar a Juan Diego. La nota se la llevó Fox, besando el anillo papal… Antes, Salinas —el maestro de la absorción— y López Portillo —el maestro del discurso entreverado— habíanse llevado el gato al agua.
¿Ahora? El que se perfila con mayor fuerza para “ganar” los titulares es, ni más ni menos, que el recientemente nombrado jefe, presidente, candidato, adalid, caudillo y no va más de Morena, don Andrés Manuel López Obrador. Peña Nieto anda muy lejos de entender la frugalidad de Francisco, y el PAN, menos.
Luego estará la cuestión de la seguridad. En el viaje a África —no obstante las amenazas post-París— el Papa se ha negado a ir en coches blindados. Ya dijo que lo mismo hará en México. Y lo que se perfila es una visita larga (casi una semana) con cuatro o cinco ciudades: DF, Morelia, San Cristobal de las Casas, Ciudad Juárez, celebración eucarística multitudinaria en Ecatepec…
Y, finalmente, lo que más preocupa al Papa Bergoglio: la pobreza, los migrantes, la trata de personas. ¿Le enseñarán la cacería de migrantes que hay en la frontera sur? ¿Verá a “La Bestia”? ¿Tendrán posibilidad de hablar con él “Las Patronas”? ¿Conocerá el horror de “las muertas de Juárez”? Él tiene informes muy claros de lo que pasa en México. Tratarán de maquillarselos. ¿Podrán?
Publicado en Revista Siempre!