La noticia fue tan importante que El Vaticano, concretamente el cardenal William Levada, sucesor del cardenal Joseph Ratzinger al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tuvo que usar Facebook para convocar a los periodistas y que no le «ganaran» las interpretaciones espectaculares: los anglicanos podrán volver a Roma, después de casi cinco siglos de separación.
Miles de fieles de la Comunión Tradicional Anglicana recibieron esta posibilidad con lágrimas de alegría. Lo habían pedido, deseado, acariciado por lo menos hacía cien años. La plena comunión con Roma es su identidad, su raíz. Ahora ya no tendrá que ser una decisión individual traumática (como la del ex primer ministro Tony Blair), sino parte de un acuerdo que privilegia el amor a la verdad por encima de las disputas históricas (introducidas por un rey que quería casarse con quién sabe cuántas señoras).
La unidad de la Iglesia es un mandato de Cristo. Y, como explicamos en páginas interiores de este número de El Observador, todos (no nada más el Papa o los obispos) podemos y debemos hacer que ese mandato se cumpla. El abrazo al otro es el principio del ecumenismo «desde abajo» porque, como explica el Papa en la encíclica que preparó este encuentro, Caritas in Veritate, solamente desde el reconocimiento al otro es posible construir en la Verdad del Amor.
La llamada «deriva relativista», en la que había entrado en los últimos años la Iglesia anglicana (ordenación de mujeres sacerdotes y obispos; concesión a homosexuales del matrimonio…), fue el inicio de un viraje hacia Roma, hacia el gozo de saberse en roca firme, aunque muchos despistados llamen esto un viraje al «conservadurismo».
El catolicismo saldrá fortalecido. Y la sociedad humana, también, porque si dos o más se reúnen en nombre de Jesús, ahí está Él. Y ahí, como en el cuento de Tolstoi, estará también el amor, el cemento que consolida el edificio de la sociedad humana y le da un rostro de salvación a la historia. ¡Bienvenido este encuentro y que sea el inicio de otros muchos que necesitamos en el mundo!