Este número de El Observador el Tema de la Semana está dedicado a explorar los actos concretos con los cuales podemos extender –hasta el fin de nuestra vida—el testimonio más eficaz de nuestra fe: la misericordia.
El Papa Francisco –con sus Viernes de la Misericordia (de los que hacemos un recuento en la página 4)—nos deja un listón muy alto, pero perfectamente alcanzable: fue a visitar, acompañar, conversar e integrar a drogadictos en recuperación, discapacitados mentales, mujeres marginadas, personas en estado vegetativo, ancianos, ex sacerdotes, recién nacidos y niños en fase terminal, una casa hogar…
La lista es muy grande, pero todos podemos tener acceso a ella, puesto que en nuestra comunidad, ésas personas existen. Son hijas de Dios y requieren de una palabra que salve, de un amor gratuito para recuperarse, o para bien morir.
En muchas comunidades parroquiales de México, como presentamos en esta ocasión con una entrevista en la página cinco con el rector del Santuario de La Congregación en Querétaro, el padre Juan Manuel Pérez Romero, quien ha creado una mutual de servicios funerarios puesto que una obra de misericordia es dar cristiana sepultura a los muertos.
En la página cinco, Felipe Monroy da un panorama de las principales obras concretas de misericordia que se desprenden de la carta Misericordia et misera” con la que el Papa despidió el Año Santo.
De lo que se trata es de ser “piedras vivas” de la Iglesia. Y de dar razones de nuestra fe. ¡Buena lectura!
Publicado en El Observador de la actualidad No. 1117