El teólogo y filósofo brasileño Leonardo Boff en un artículo publicado recientemente, (“Las cuatro amenazas contra la Casa Común”) sistematiza sus conocimientos de ecología y alerta sobre los desafíos que “exigen de nosotros especial cuidado”: la visión de la Tierra como objeto de explotación; la proliferación de las armas de destrucción masiva; la falta de agua potable y el calentamiento global.
Explotación y armas.
Según el teólogo, autor de 40 libros, la primera amenaza es que la Tierra sea solamente tomada como “objeto de la explotación despiadada con vistas al enriquecimiento”. Y agrega: “Tal visión, que ha traído beneficios innegables, ha acarreado también un desequilibrio en todos los ecosistemas que ha provocado la actual crisis ecológica generalizada. Con ese afán fueron eliminados pueblos enteros, como en América Latina, se devastó la selva atlántica y, en parte, el cerrado”.
La segunda amenaza consiste en la máquina de muerte de las armas de destrucción masiva: armas químicas, biológicas y nucleares. “Estas armas, que ya están montadas —subraya Boff—, pueden destruir toda la vida del planeta de 25 formas diferentes. Como la seguridad nunca es total tenemos que cuidar que no sean usadas en guerras y que los mecanismos de seguridad sean cada vez más estrictos”.
La tercera amenaza es la falta de agua potable, es una de las más graves, que ya se está viviendo, y que ha provocado luchas y podría provocar, incluso, guerras. De toda el agua que existe en la Tierra solo el 3 por ciento es agua dulce, el resto es salada. De este 3 por ciento, el 70 por ciento va a la agricultura, el 20 por ciento a la industria y solamente un 10 por ciento va al uso humano. “Es un volumen irrisorio, lo que explica que más de mil millones de personas vivan con insuficiencia de agua potable”, apunta el teólogo brasileño.
Finalmente la cuarta gran amenaza que nos acecha en estos tiempos, está representada por el calentamiento creciente de la Tierra. Fruto de la intervención humana y del egoísmo, el dióxido de carbono, el metano y otros gases del proceso industrialista han creado una nube que rodea toda la Tierra y retiene el calor aquí abajo. “Estamos cerca de los 2 grados centígrados. Con esta temperatura todavía se pueden administrar los ciclos de la vida”, resume Boff.
Solución: “Tenemos que poner en práctica las distintas erres de la Carta de la Tierra: reducir, reusar y reciclar, reforestar, respetar y rechazar las llamadas al consumo”.
Publicado en Revista Siempre!